Vale la pena perseguir tus sueños hasta el final, luego ellos ya te recompensaran con lo mejor de tu vida, ELLOS.

martes, 31 de diciembre de 2013

Capítulo 21

"We are going to remember this time like any other, this is your life and you should spend with the people who you love and they are going to reward"


Hoy era un día de muchas sorpresas, aunque yo me lo imaginara como uno de los peores donde tenía que afrontarme  a uno de mis grandes miedos, el que todo lo que pensaran los demás me diera igual, esa opinión general de los medios, de la gente que quería a los chicos y sobre todo a Niall. No quería defraudar y creo que ese era el principal problema, porque cada uno tiene unos gustos y en esta vida no le voy a tener porque gustar a todo el mundo, simplemente a una minoría. Es algo que siempre me recuerdo a mi misma, pero que siempre olvido en el momento de la verdad o simplemente paso. Necesitaba a alguien a mi lado para que me lo recordara. En ese momento tenía toda la suerte del mundo de tener a los chicos y a Sophie, los necesitaba a mi lado más que nunca, y ahí estaban.
Llegamos a la puerta del hospital en la cual me despedí de Niall con un beso de los nuestros, aunque esta vez más cortado, estábamos rodeados y aunque no se vieran, estaban ahí.
- Esta tarde pasaremos  por casa a eso de las 6:30 para irnos a las 7 al plató, que tenemos que darnos una vuelta por ahí y de paso te lo enseñamos todo - dijo una vez ya subido en la moto.
Se puso su casco y se volvió a disfrutar de una tarde de amigos y fans, porque siempre que se juntaban se las apañaban muy bien para que mínimo un grupo de fans estuviera allí donde estuvieran ellos, era normal, las tenían por todas partes y más en su ciudad natal, por decirlo de alguna manera, ya que mi pequeño irlandés era el menos indicado para llamarlo así, pero era una manera de entenderlo.
Hoy era un día en el que necesitaba más que nunca a una amiga, Sophie, aún estando en malas condiciones podía seguir dando de los mejores consejos y si no rápidamente me daba con los cinco dedos en la cara, como solo ella sabe abrir la mente. Con un poco de suerte si me daba esta vez tendría menos fuerza, no estaba en su mejor momento, pero seguía teniendo ese genio metido en el cuerpo que a mí y a muchos nos hacía espabilar.
- ¿Se puede? - dije tras golpear la puerta de su habitación.
No contestó nadie, por lo que lo entendí como un sí, pero en el interior no había nadie. Miedo, ¿dónde estaba?
- ¿Sophie? - nada, en el baño no estaba, nadie contestaba. No compartía habitación por lo que nadie me podía decir su paradero. Me asusté, me puse a dar vueltas por la habitación de un lado para otros sin sentido ninguno, ¿le habría pasado algo?¿ más grave aún?. No, no, no, no podía haberle pasado nada, se estaba recuperando, en una recuperación nada falla, o esa era mi idea. Intenté tranquilizarme y me senté en el sillón que había al lado de la cama.
No pasaron más de diez minutos cuando la vi entrar por la puerta acompañada de un extraño, pero un extraño un tanto guapo con el que hablaba felizmente. La mato, ella de paseo y yo aquí pensándome lo peor.
- Ejem, ejem - hice una especie de ruido raro pero fue suficiente como para que se dieran cuenta de que estaba allí en la sala preocupada más que una madre.
- Lizzie, no te había visto - me dijo Sophie sorprendida
- No, si ya me he dado cuenta - le contesté con ironía
- Bueno, Sophie, espero que te recuperes pronto, ya nos veremos mañana - le dijo aquel chico con una sonrisa muy bonita mientras se dirigía hacia la puerta.
Una vez salió de la habitación me dieron ganas de salir disparada hacia ella y esta vez no sería su mano la que diría los buenos días.
- ¡Me tenías asustada! - dije casi gritando
- Tranquila, pareces mi madre - llevaba toda la razón del mundo
- Perdón - me dio un abrazo, en el fondo me entendía, tenía mis motivos para preocuparme - bueno, dejando esto a parte, ¿quién era ese? - dije curiosa pero a la vez enfadada, Harry era mi amigo y ella mi amiga y no quería que hicieran estupideces
- Tranquila, es un chico que está de prácticas en el centro y muchas veces en sus horas libres viene a hacerme compañía y hablamos de todo - no me gusto la respuesta
- ¿Sophie? ¿No es la primera vez que hablas con él? - no quería rollos en mi familia y menos ahora
- No, he hablado con él ya un par de veces, pero tranquila, hablamos incluso de Harry. Dice que me ha visto en las revistas que hay por el hospital rondando - no se si me quedé aliviada, pero un poco menos preocupada tal vez
- Bueno, haré como que no ha pasado nada. Además he venido a hablar con mi mejor a amiga, necesito tu ayuda - le dije mientras le ayudaba a tumbarse en la cama
La puse al corriente durante más de una hora de todo lo que había pasado en apenas dos días, pero todavía quedaba lo esencial, a parte de venir a verla para pasar tiempo con ella, quería que me ayudara.
- Bueno como sabes, esta noche voy con los chicos a "X Factor" - ella se pensaba que iba con todos, pero solo había cinco invitaciones y el pelo rizado solo se iba a repetir una vez - pues tengo mucho miedo del día de después
- ¿A qué te refieres?
- Pues a lo que piense de mi la prensa, los medios y las fans, se que me voy a llevar comentarios negativos y se de buena tinta que no voy a llevarlo muy bien
- Deja de ser tonta - me interrumpió porque sabía todo lo que venía después, me conocía demasiado bien - sabes que vas a tener comentarios negativos porque este mundo es así, pero ¿por qué no tener comentarios positivos? Recuérdanos a ti y a mi cuando éramos fans de los chicos y ellos tenían novia, nos encantaba Danielle y Eleanor, dejemos a parte Sophia, y Perrie era algo incomprensible, pero nos caía bien. No todas son igual de malas y tienen los mismos comentarios. Solo quiero que esta noche cuando salgas de la mano de Niall y te hagan fotos, estés segura de ti misma y no pares de sonreír, que aunque no tuviste que sufrir el aparato tienes los dientes perfectos y bonitos, así que no lo desaproveches
- Gracias - lo asimilé todo lo que me había dicho y se lo agradecí con un gran abrazo, pero cuidadosamente, todavía no se había recuperado, pero podía andar.
Pasé toda la mañana y parte de la tarde con ella, entre risas, como otra tarde normal que pasábamos. Nos encantaba contarnos todo, pero siempre nos reíamos por cualquier cosa aunque tuviera sentido en la conversación, una se reía y la otra la seguía. En eso se basaban siempre nuestras tardes, y eran las mejores, fueran donde fueran, me daba igual porque siempre me gustaban, solo nos hacíamos falta la una a la otra y un tema de conversación que si no había, rápidamente salía, aunque fuera una tontería cualquiera.
Eran las 4:30 cuando miré el reloj, tenía que coger el metro para llegar a casa y cambiarme a tiempo, todavía no sabía que ponerme, por lo que decidí irme sin desvelarle la sorpresa.
- Bueno va a ser mejor que me vaya yendo que todavía no se que ponerme y los chicos vienen a las 6:30 y quiero estar presentable - dije levantándome del sillón
- Disfruta de la noche, no seas tonta y que te de igual todas y cada una de las cosas que opinen, además seguro que algún comentario bueno habrá, ya verás. Dale un beso a todos de mi parte, sobre todo a Harry - me encantaba, porque no sospechaba nada de su cena romántica
- Vale, ya hablamos, te quiero. Mañana vendré a verte y te cuento todo, si antes no te enteras por la tele - le dije ya en la puerta
- Tranquila, esta noche veré el programa - no lo iba a ver, Harry no le iba a dejar
Abandoné el hospital y creo que parte de mis miedos con la charla que me había dado Sophie, siempre conseguía tranquilizarme aunque fuera solo un poco, pero lo suficiente como para aguantar.
De camino a casa iba pensando en qué ponerme pero no se me ocurría nada, por lo que sería una tarde de ropa para un lado y para otro, frente al espejo todo el rato. No quería desesperarme, pero a la vez estar perfecta. Bueno, todo se vería según el ánimo me pondría una cosa u otra.
Llegué a casa a eso de las 5. Estaba vacía por lo que me parecía muy raro y se me hacía extraño, normalmente había alguien o venía al momento de llegar yo, pero bueno siempre tenía a mi pequeña Cher y mi querida radio. Puse la radio a todo volumen, me daban igual los vecinos, si no les gustaba que se taparan los oídos o salieran a dar un paseo.
Normalmente a la hora de arreglarme no solía tardar mucho, pero me ponía a hacer tonterías frente al espejo lo que me hacía perder tiempo, y esta vez no iba a ser otra. Sonaba la canción de "La da dee" de Cody Simpson y me puse a bailarla y cantarla frente al espejo mientras ponía caras. Me gustaba hacer mucho el tonto y más cuando estaba sola, aunque últimamente con los chicos y Sophie también lo hacía, pero me daba igual, porque me siento a gusto con ellos. La ducha fue otro concierto privado de los míos y esta vez mucho más alto, estaba sola y los vecinos me daban un poco de igual. Cuando por fin salí de la ducha y todo, eran ya las 5:30, y ahí seguía sin saber que ponerme a una hora de llegar los chicos y a hora y media de irnos.
Me encerré en el vestidor, necesitaba algo cómodo, pero que sentara bien y que fuera a la vez arreglado, nada, no había nada. No sabía si ponerme o no tacones, necesitaba ayuda. Me probé vestidos, faldas, pantalones, camisas, nada, nada. Creo que mi miedo a lo que pensaran los demás me impedía elegir la ropa y lo odiaba porque me estaba sacando de mis casillas. Cogí el teléfono y no encontré otra solución:
- ¿Diga? - dijo con su voz ronca como recién levantado
- Zayn necesito tu ayuda, socorro, no se que ponerme - soné un tanto desesperada. Sí, lo llamé a él, porque de entre los chicos era con el que mejor me entendía y mejor gusto tenía, no quiero ofender el sentido de vestir de los demás, pero para estos casos lo necesitaba a él.
- ¿Y me llamas a mí?
- Sí, eres el primero al que se me ha ocurrido llamar
- ¡Me encanta! - parecía que con ese sobresalto había salido de la cama - pues mira un par de consejos: debes ir arreglada pero tampoco mucho, solo es un programa de televisión, por lo que, si no quieres ponerte vestido o falda, tranquila no te van a comer - sabía por donde iba y el por qué de no encontrar algo que ponerme - así que lo mejor, ponte unos pantalones con los que vayas cómoda y alguna camisa bonita, que tienes muchas. Y de calzado, ponte tacones, en plan cómodos, pero algo arreglado, y termina todo con algún complemento que eso ya lo manejas tú muy bien - me había sacado del apuro en menos de cinco minutos
- ¡Muchas gracias!, te debo una - dije aliviada
- Tranquila, con que cuando vaya te vea guapísima, y eso va a ser fácil, me sobra
- Bueno, ahora nos vemos, muchas gracias otra vez, y no se de donde sabes tantas cosas
- Adiós, sabes que estoy aquí para lo que quieras - en este momento le debía un mundo
Tras aquella llamada, tenía más o menos claro lo que me iba a poner, así que estaba un poco más tranquila. Mi pelo ya estaba casi seco así que me hice una trenza y me empecé a arreglar ya más seriamente, aunque no faltaban mis estupideces frente al espejo. Al final, siguiendo el consejo de mi estilista personal, Zayn, decidí ponerme unos pantalones vaqueros negros pitillos, ajustados a la pierna, una camisa azul turquesa de manga corta transparente que llevaba dibujos en negro de tigre y con un cuello negro, de tacones me puse un tacón básico que era bastante grueso por lo que era cómodo con tachuelas en dorado, un collar dorado de cadena por debajo del cuello de la camisa y un par de anillos. No me pinté mucho, mi sombra dorada, la raya, rimel y los labios color rojo burdeos, adoraba ese color. El pelo me lo dejé rizado tras quitarme la trenza, me gustaba al natural. Ya estaba lista para cuando llegaran los chicos, solo me faltaba escoger la chaqueta, pero eso era lo de menos, tenía pensado una parca verde militar finita con las mangas de cuero negras, arreglada pero informal, perfecta para la ocasión. Estaba a gusto con mi outfit y eso me daba seguridad en mi misma. Decidí enviarle una foto a Sophie que estaría en el hospital a punto de que llegara Harry para su sorpresa, pero creo que tendría un momento para mí.
No poco tiempo después de terminar yo, llegaron los chicos, muy guapos como siempre, con un par de pizzas.
- En serio chicos, os quiero mucho, me moría de hambre y no sabía donde íbamos a comer, gracias - les dije al mismo abrir la puerta y ver a Louis y Liam con las pizzas.
- Estas preciosa, gracias por seguir mis consejos, perfecta - dijo Zayn, que fue el primero en pasar y darme un abrazo ya que los demás se habían quedado en la puerta. No sé porque, pero bueno - además hueles muy bien. Niall cuidado, que te la quitan - miré a Niall y tenía una cara entre vergonzosa y con rabia, entonces pasó y me dio un super abrazo que me levantó del suelo. Así me gustaban a mí los abrazos, sobre el suelo.
- Que sepas que eres mía y no voy a compartirte con ninguno de estos y ninguno otro - dijo sin soltarme. Le dí un beso para que se tranquilizara, no iba a pasar nada.
- Hola princesa - me dijo Liam, que ya no llevaba las manos ocupadas con las pizzas, y me dio un abrazo. Olía muy bien, esa colonia creo que me podía.
- Hueles muy bien, pero no se lo digas a Niall que se enfada
- Tranquila es nuestro pequeño secreto - nos reímos los dos. Era con el que más confianza tenía en cuanto a amigo, porque siempre estaría Niall en primer lugar, aunque él pensara lo contrario
Ayudé a Louis con las pizzas que llevaba y le dí un abrazo a él también. Cenamos todos juntos en los sillones, entre risas y bromas por parte de los chicos. La cena fue rápido ya que no teníamos mucho tiempo ya que la limusina fue puntual, pero seguimos con el mismo ambiente hasta llegar al plató.
Poco antes de llegar mis nervios fueron aumentando, tanto, que estaba temblando y no paraba de mover la pierna y tocarme el pelo, era un manojo de nervios.
- ¿Estás bien? - me preguntó Niall
- Sí - dudé- No, si, no sé
- ¿Qué te pasa chica? - me dijo pasándome el brazo por detrás
- Tengo miedo de lo que piensen de mí, es por eso por lo que esta tarde tuve que pedir ayuda a Zayn, porque no sabía que ponerme. Estoy muy nerviosa, ayúdame - le dije temblando. Me cogió más fuerte aún y esta vez no miraba para nada a sus amigos, simplemente tenía ojos para mí
- No quiero que te pongas así, tampoco puedo decirte nada porque yo la primera vez también me puse así - no era lo mismo, a él lo querían sus fans, a mí por el simple hecho de estar con él, no - se lo que piensas, yo soy parte de One Direction y tú eres mi novia - me conocía muy bien. Por cierto, no había escuchado esa palabra de su boca nunca, me gustó, me hizo sentirme diferente - pero yo voy a estar a tu lado, así que cuando salgamos de la limusina y la gente nos haga foto, no se te ocurra soltarme de la mano, no me sueltes, ¿vale? - asentí y le di un beso.
Pronto llegamos al plató. Le agarré la mano a Niall y creo que no se la solté hasta llegar dentro del plató, a los asientos.
Los chicos salieron Liam, Zayn y Louis, en ese orden los tres delante, y luego salimos nosotros, primero Niall y luego se esperó a que saliera yo, todo un caballero. Empecé a oír el nombre de los chicos, pero el que más me dio la impresión de que decían era el de Niall.
- Tranquila, estoy aquí, sonríe - me susurró Niall al oído. Le hice caso. Ahí estaba yo de la mano de uno de mis ídolos y ahora me decía que estaba ahí para mí, era afortunada, pero si hubiera estado en el lugar de aquellas chicas me hubiera encantado que me firmara un autógrafo, un abrazo o una foto.
- Lizzie, Lizzie - uno de los paparazzi de la verja. No sabía que hacer, pero no me quedaba otra - queremos hacerte unas preguntas para la revista "TeenVogue" - accedí
- Niall, porque no vas y te haces un par de fotos con tus fans que te reclaman y yo voy y contesto, nos vemos en la puerta - le dije soltándolo de la mano
- ¿Estás segura?
- Sí, tranquilo, creo que soy mayorcita ya - le dije mientras me alejaba y le sonreía
Así que me acerqué a la chica que había con un micrófono y una grabadora en la puerta y comenzaron a hacerme miles de preguntas: ¿Qué se siente al haber entrado de esta manera al mundo de la música?¿Grabar un single con los chicos de One Direction?¿Cuándo haría un disco?¿Mi relación con el irlandés de One Direction?, y más preguntas varías, pero tenía miedo que luego mis respuestas fueran tergiversadas y tuvieran otro significado del que yo les había dado.
Los chicos ya estaban dentro por lo que me decidí a entrar, pero justo antes de llegar a la puerta principal escuché como una chica gritaba mi nombre, me giré y llevaba mi nombre escrito en uno de sus mofletes. Creo que me emocioné y si no casi. Me acerqué a ella y a sus amigas, les firmé un autógrafo, me hice una foto con ellas y les dí un abrazo.
- Eres la mejor, nos encanta tu voz y nos encanta que estés con Niall porque se le ve muy feliz, gracias - creó que esta vez ya derramé alguna que otra lágrima, me encantaron aquellas niñas. Me dieron una hoja con sus twitters para que las siguiera y pensé en dársela a los chicos. Se lo dije lo que haría y me dieron las gracias.
Aquella experiencia me servía para aguantar toda la noche feliz y que me diera igual a la mañana siguiente lo que publicara aquella revista o la prensa o las millones de fans que tenían, me daba igual, yo tenía las mías propias.
Entré al plató y encontré a los chicos, los cuales me vieron llorando, pero era de alegría.
- ¿Qué te pasa? - me preguntó esta vez Liam dándome un fuerte abrazo
- He descubierto que tengo mis propias fans, bueno son fans vuestras, pero me dijeron unas cosas tan bonitas, creo que ya soy feliz - dije quitándome las lágrimas mientras paseábamos por el plató
- ¿Qué te dijeron? - me preguntó Niall cogiéndome la mano
- Me dijeron que les encantaba mi voz y que les encantaba que fuera tu novia porque eras muy feliz a mi lado - antes de que terminara ya me había dado un beso de esos suyos, apasionados, que nos tuvieron que parar los chicos a carcajadas
Antes de empezar el programa, dimos una vuelta por los camerinos, el sitio de los jueces y el sitio de los de sonido, hasta que llegamos a nuestros asientos poco antes de que empezara.
Me senté al entre Niall y Liam. El programa me encantó, era mucho mejor verlo en directo, además los chicos me fueron comentando todo lo que sabían de los participantes y lo que significaban las caras de los jueces, ya que ellos, todo esto, se lo tenían dominado. Fue muy entretenido.
Todas las actuaciones me encantaron, pero hubo una, la última, que salió un chico muy joven de unos 17 años, muy guapo la verdad que cuando lo dije Niall me fulminó con la mirada mientras que Liam y yo nos reímos. Aquel chico cantó la canción, una de mis favoritas, de "Locked Out Of Heaven" de mi Bruno Mars, uno de mis ídolos e influencias. En esta ocasión llevaba las lentillas y pude fijarme en todo el elenco de baile, todos muy tonificados, musculados, bailaban muy bien, sobre todo las chicas que tenían un pelo muy bonito algunas. Los fui mirando a todos, uno a uno, hasta pararme en una chica con el pelo castaño con californianas rubias, me sonaba su cara, y no de verla por la calle, si no de algo más. Fue justo cuando se pusieron delante de la mesa de los jueces, más cerca de nosotros, cuando pude reconocerla. Ahí estaba el torbellino de Andy, mirala, su sueño de bailar y ser bailarina, y ahí estaba siendo bailarina de un conocido programa inglés. Se le daba muy bien, lo hacía creo que la mejor, aunque fuera yo su amiga, pero lo parecía.
Andy era parte del trío "Las Vacas" que tenía junto con Lucía y ella. Con ellas eran todo risas aseguradas, sí, teníamos roces, pero cosas que no se pudieran solucionar en apenas dos minutos. Tenía ganas de que terminara el programa para colarme entre bastidores y darle un gran abrazo, llevaba mucho tiempo sin hablar con ella, y quería asegurarme de que su estancia aquí no sería corta.
Se lo conté todo a los chicos, por lo que al terminar el programa, fui directa, a toda prisa, a buscarla. Ellos me explicaron donde estaba la sala de bailarines, así que me apresuré, quería darle una sorpresa.
Llegué lo antes posible, lo más rápido que me permitieron los tacones. Bien, estaba de espaldas, por lo que me acerqué sigilosamente y le tapé los ojos. Se asustó.
- ¿Quién es? Me das miedo, y como no te conozca te vas a llevar una palmadita y no de las pequeñas - tan fina como siempre. Entonces le quité las manos, se dio la vuelta y se quedó con una cara, pero una vez ya reaccionó, nos dimos un gran abrazo de los nuestros. Estaba ahí, solo nos faltaba Sophie para sacar loco el programa - ¿Qué haces aquí en el programa? - creó que lo adivinó con mi cara - ¿Estás con los chicos? - entonces en ese momento aparecieron por la puerta los chicos - Mierda, menudas pintas llevo
- Tranquila, creo que tendrás más oportunidades de verlos, como por ejemplo esta noche, ¿te apuntas? - no hacía falta que contestara, One Direction y fiesta en una misma frase a Andy le encantaba. Me dio otro super abrazo
Tras hacer las respectivas presentaciones, decidimos irnos todos a tomar algo, pero creo que no sería la última vez que saldríamos, faltaban Harry y Sophie, ya que Andy se quedaba en Londres durante todo el programa y luego se iba de gira con "X Factor". Así que tendríamos más de una oportunidad para hacer locuras.
Ahora me daba ya la sensación de que la familia estaba completa. Eso de que Andy estuviera con nosotros iba a traer muchas sorpresas tanto en los chicos como en nosotras. Es un torbellino de ideas y de locura, y no, no nos íbamos a aburrir.










domingo, 29 de diciembre de 2013

Capitulo 20

"Ese momento presente en ti durante tiempo, no se marcha, se queda ahí para recordarte que una vez fuiste y diste lo mejor de ti, siendo tú mismo, él de siempre"


Ahí estaba yo, rodeada por sus cálidos brazos, con lágrimas alrededor de mis ojos, pero esta vez eran de alegría, aun sabiendo el problema que me quedaba a la espalda, la posibilidad de que Sophie no pusiera un pie fuera de aquella cama dejándome a mi sola ante los problemas que me planteara la vida. Pero, aún en el peor de los casos de que  ella se marchara, sabía que lo tenía a él, a ese chico con aquella sonrisa que hacía que en mí desaparecieran todos y cada uno de mis males. Sí, me había enamorado de él, y enamorarse para mi es una de las palabras más grandes y con mayor significado, ya que nunca me había enamorado como en aquel momento lo estaba. Pensaba que nunca sería capaz de confiar en alguien, de dejarme caer sobre la confianza de alguien, pero ahí estaba él para demostrarme que me equivocaba, que podía confiar en él, darle todo lo mejor de mi.
- Siento ser un cotilla, pero cuando has empezado a hablar, tenía que quedarme algo me decía que tenía que hacerlo - me dijo sin soltarme. Todo en él era perfecto, sabía que decir en el momento correcto, tenía esas palabras que se grabarían en tu cabeza para ayudarte a seguir.
- Yo sentía la necesidad de contárselo a alguien, era de tontos hablar con alguien que no te escucha, pero...
- No eres tonta, yo te escuchaba - me cortó la frase y me dio un beso, uno de los suyos.
- Gracias - le dije con una amplia sonrisa
- ¿Gracias? ¿por qué?, que yo sepa no he hecho nada para recibirlas - dijo extrañado
- Si lo has hecho, has hecho que me enamore de ti, de cada uno de tus detalles, rarezas, manías, defectos, de ti. Te enamoraste de mí, de una chica que apenas confiaba en si misma y en sus posibilidades, pero lo hiciste, confiaste en mí, querías conseguirme y así has hecho - me salieron las palabras una a una, dije todo lo que pensaba o había pensado en algún momento, lo solté.
No contestó, simplemente me besó. La mejor contestación que pudo tener.
- Bueno sería mejor que me volviera con Harry, creo que lo he dejado tirado en la cafetería y en estas condiciones sería capaz de arrasar con los cafés - dijo entre carcajadas, de esas que contagian.
Salió de la habitación y con ello, yo regresé a la realidad, el miedo pasado me volvió a invadir, se hizo conmigo por segunda vez.
Allí seguía Sophie, tumbada en la cama sin haber podido contemplar uno de los momentos más bonitos de mi vida. Quería a mi amiga a mi lado, la necesitaba, tenía esas ganas enormes de poder hablar de todo con ella, soñar juntas, montarnos nuestras propias películas o simplemente de vivir esta especie de película que se nos había presentado delante de nosotras por una simple casualidad de la vida. Pero no, ahí seguía sin dar contestación.
Me acomodé en aquel incómodo sillón e intenté conciliar el sueño, necesitaba unas horas de descanso, por lo que tardé poco en dormirme.
- Buenos días - me dijo una voz un tanto jadeante, entrecortada, le costaba hablar. No lo escuche muy bien, no supe reconocer de donde venía.
Abrí los ojos y no vi a nadie más en la habitación, toda vacía. Miré por la ventana, era de noche, la luna iluminaba la ciudad de Londres. Cogí el móvil para comprobar la hora que era y cuanto había podido dormir, eran las cinco de la mañana de un quince de julio. Vi un mensaje de Niall: " Babe, he visto que estabas durmiendo y no te he querido despertar. Me llevo a Harry a casa para que descanse, mañana por la mañana nos vemos. Si tienes algún problema no dudes en llamarme, iré a por ti. Dulces sueños, no sueñes mucho conmigo que me desgasto, te quiero" Era una sonrisa instantánea leer sus mensajes, tenía su toque borde pero a la vez cariñoso, tenían ese punto intermedio que a mi me gustaba.
- Buenos días - volví a escuchar aquella voz que escuché antes, pero esta vez más concreta, aunque con dificultad. Busqué, pero nada, seguía vacía la habitación, solo Sophie y yo. Me giré, me volví a fijar mejor, Sophie estaba en la cama, tenía una pequeña, pero difícil sonrisa en su cara, sus ojos entre abiertos, había sido ella.
- ¿Sophie? Dime que has sido tu por favor, y que ahora en estos momentos no estoy alucinando o en algún tipo de sueño raro, por favor - dije acercándome a ella apresurada.
Le costó hablar pero consiguió contestarme: - Sí, he sido yo, y no, no estas soñando
Mi primera reacción fue darle un gran abrazo, no se me pasó por la cabeza lo débil que era hasta que la escuché quejarse.
- Perdón, perdón, la emoción, lo siento, lo siento
- No pasa nada, mientras no me rompas - dijo entre risas, duras, pero risas - ¿Qué ha pasado? ¿Dónde está Harry? ¿Y Niall? ¿Los demás? ¿Dónde te habías ido?, por favor Lizzie explicamelo todo, ¿qué son estas máquinas? ¿Qué me pasa? - dijo muy asustada.
No le pude contestar, estaba sonriendo, siendo feliz, mi miedo se había marchado, lo había dejado atrás. Con aquellas preguntas, nombres, dudas, me había demostrado que lo recordaba todo, que su memoria no le había fallado. Seguía ahí a mi lado. Gracias.
La alegría me invadió, quería chillar que había vuelto, que no estaba sola, que se quedaba a mi lado para aguantar todas y cada una de mis rayadas. Ahora sí, todo volvía a ser como antes. No pude contestarle, me había quedado sin palabras.
- ¿Lizzie? - me preguntó preocupada y asustada mientras me daba en el brazo para que me diera cuenta de que me la había dejado ahí sin una respuesta.
- Lo siento, me he quedado sin palabras, estaba muy asustada porque no volvieras y te veo aquí hablando conmigo, en serio, ¡ay! - solté un cúmulo de palabras sin sentido alguno, algo propio en mí-
- Tranquilizate y cuentamelo todo, por favor, necesito saber. Y contéstame a lo más importante, ¿Harry? - seguía preocupada y sin ninguna respuesta.
Conseguí tranquilizarme y le conté todo lo que había pasado desde que ella había estado en el hospital, todo lo que se había perdido y todo lo que le había causado esta situación a Harry. Que pasara aquello en tan poco tiempo nos unió a todos mucho más de lo que ya lo estábamos, definitivamente eramos una pequeña familia a la que lo de alrededor le daba igual, cero preocupaciones salvo nosotros.
Las tres semanas siguientes todo fueron un continuo turnos de visitas al hospital para pasar el día con Sophie, normalmente solíamos ir Harry y yo, pero hubo un par de veces en las que Niall se pasó por allí y estuvo con ella mientras componía, Sophie ayudaba, muchas veces hablaban de mí y luego ella me lo contaba. Las cosas que decía Niall de mí, cada día me sorprendían más, era el chico más especial que había pasado por mi vida, no podía dudarlo ni un solo segundo. También estuvieron allí Louis, Liam y Zayn de tal forma que Sophie cogió un montón de confianza sobre todo con Zayn, mientras que yo por otra parte cogí un montón de confianza con Liam, porque muchas veces nos quedábamos los dos hablando en la terraza o en casa y nos contábamos todo, era un encanto de chico y podía confiar en él. Me gustaba tener un amigo entre tanto mundo alocado, era fácil hablar con él.
No solíamos salir mucho de casa, creo que el tiempo en el que Sophie estuvo en el hospital nos centramos mucho más en la música, sobre todo yo, me puse a componer junto con los chicos que me fueron ayudando, pero aún así no quise ser la típica artista que se deja guiar por un grupo de marketing si no tener mi propio estilo, contar mis historias, era un poco arriesgado sobre todo en un mundo que prácticamente era comercial pura fachada, nada más, nunca importaban las historias reales, simplemente una historia perfecta de amor y no me gustaba crear esa estúpida idea en la sociedad sobre todo en las chicas, ya que el chico perfecto no se les iba a plantar en la puerta de su casa por arte de magia. Me centré parte de mi tiempo en eso, aún así tenía mis momentos de diversión con los chicos, normalmente solía salir con Liam, Zayn y Louis a tomar algo en plan de risas a respirar un poco de aire libre, Niall se centró también en componer, por lo que muchos días me costaba mucho convencerlo para salir de casa pero lo conseguí un par de ellas y creo que disfrutó de esas noches.
Una de las noches los chicos recibieron una invitación para ir al programa de "X Factor", aquel programa que no ganaron pero con el que triunfaron y fueron catapultados a la fama.
- Chicos no podéis decir que no, tenéis que ir, es como vuestra casa, no podéis fallarles - les dije cuando estaban los cinco sentados en mi sofá. Se pasaban la vida en mi casa, pero era todo un detalle porque no les gustaba dejarme sola, eran mi familia.
- A mi no me apetece, además había pensado pasar la noche con Sophie en el hospital, que he descubierto un lugar muy bonito en la azotea y quiero darle una sorpresa - dijo Harry casi bostezando. Era comprensible.
- A ti te lo perdono, pero porque te quiero y tienes razones - cuando dije eso me mandó un beso cariñoso y me guiño un ojo, era un sol y era el novio de mi amiga, tenía que perdonársela - pero vosotros cuatro, no podéis fallar - les dije muy seria.
- Estamos muy cansados - dijo Louis, al cual fulminé con una mirada - pero podemos hacer un esfuerzo - ante ese cambio repentino de opinión no tuve otra que reírme, fue muy gracioso. Todos lo miraron, salvo Harry que se salió a la terraza a hablar con Sophie por el teléfono.
- Venga chicos, no lo neguéis os morís de ganas de ir
- Vale, iremos - dijo Liam un poco más convencido - pero tenemos cinco invitaciones, así que tú vienes con nosotros si o si, no me vale un no por respuesta - vaya, que listo era, me la había colado
- Eso, tú no te escapas - dijo Niall mientras le chocaba los cinco
- Pero yo no soy famosa - dije poniendo alguna excusa barata. No quería ver a paparazi ya que harían mil fotos de Niall conmigo y al día siguiente, titulares, aburridos, abrumadores, no me gustaban.
- No hay excusas que valgan, te vienes con nosotros - dijo Niall mientras me enganchaba y me sentó encima de él - así que tienes todo un día para pensar que te vas a poner, aunque todo te queda bien - me sonrojé como de costumbre.
Ya tenía otro motivo más para salir de casa, otra oportunidad más para ser acribillada por grandes multitudes, miles de comentarios de chicas diciéndome que yo no debería estar con Niall. Siempre había tenido miedo por la impresión que causaría en los demás y todo esto para mí empezaba a ser demasiado abrumador, podía conmigo, sabía que tenía el apoyo de los chicos y siempre me habían ayudado y dado consejos, pero algo dentro de mí siempre me lo negaba, volvía a sacar mi miedo, por esa razón no quería ir a un evento público. Aunque era la mejor manera de vencer mi miedo, pero estaba demasiado asustada.
Aquella noche Niall decidió quedarse en mi casa mientras que los demás se fueron a casa a dormir, habían sido unas semanas muy agotadoras tanto física como emocionalmente, habían podido con nosotros todos estos días atrás.
- Gracias por quedarte - le dije mientras le daba un beso.
Nos quedamos en el sofá mientras veíamos una película, "Quiéreme si te atreves". Había conseguido convencer, tras mucho insistir, que Niall viera aquella película que él consideraba ñoña, empalagosa. Apoyé mi cabeza en sus piernas y vimos toda la película mientras él me acariciaba y luego yo a él. Momento perfecto, sobre todo a su lado, era todo un pequeño placer para ambos.
- ¿Capaz o incapaz? Esa es la cuestión - dijo una vez acabada la película mientras se reía
- No te rías, a mi me gusta mucho - le contesté mientras me limpiaba las lágrimas
- Ah, que aun encima habrás llorado y todo - empezaba su propio juego
- Ya empezamos, no, eh, no - le dije mientras le daba en el hombro, ya había conseguido picarme el billete. Yo y mi facilidad para que todo el mundo se meta conmigo.
- Pobre ella, que le da mucha pena la película - dijo en tono burlón mientras me acariciaba el pelo de la misma manera en la que hablaba.
Me levanté de golpe del sofá y me fui directa a mi habitación fingiendo que me había enfadado. Cerré la puerta de un portazo y rápidamente él se levantó y vino hacia la habitación. Me tumbé en la cama y cuando el pasó se acercó a mí sigilosamente y me dijo:
- ¿No te habrás enfadado Lizzie?, que sabes que no iba a malas - tenía un tono de preocupación. Entonces me giré y le saqué la lengua mientras me reía - Ah, con que ahora te toca a ti, ¿no? - comenzó a hacerme cosquillas. Otro punto débil más.
Después de una pequeña y divertida pelea, así eran todas, me quedé encima de él. Le acaricié la cara y hundí mi mano en su pelo, me mataba todos esos momentos. Él me acariciaba la cara, me sonreía, yo solo podía sonrojarme, siempre lo hacía.
- Me encanta cuando te sonrojas
- ¿Por qué? A mi no
- Porque es como si siempre fuera la primera vez, como si me conocieras de hace poco - algo que era verdad, solo llevaba un mes y algo más a su lado - Me gusta, no se, como, no se,... Me encanta
- Me pongo roja, porque cada vez que te miro veo un chico al que nunca pensé que sería capaz de llegar, ya no por quien eres si no porque aun no siendo famoso tendrías miles de chicas a tu alrededor y yo solo era una entre el montón, no tenía nada por lo que destacar
- Si, tu sonrisa, tu mirada, tu forma de hablar, tu expresión, tu juego de miradas, no se, tienes ese algo que te hace especial para mí, me dan igual los demás, si ellos no lo ven mejor, más me toca a mí que si he sabido verlo - me plantó un beso. Notaba como ahora nuestros besos eran más intensos, llevaban a más, pero sin abusar y sin pasarse.
Nos tumbamos ambos en la cama, me encogí y me escondí entre sus brazos, era una bola pequeña a su lado.
A la mañana siguiente, no quise madrugar mucho, tampoco tenía muchas cosas que hacer, pensaba ir a comer con Sophie y luego volvería a casa para arreglarme y a eso de las 7 vendrías los chicos a por mí para irnos al plató de "X Factor". Eran las 10:30 cuando miré el despertador que había en mi mesita. Niall todavía seguía durmiendo por lo que me levanté sigilosamente para así no despertarlo. Una vez fuera de peligro de crear un gran desastre y levantarlo, fui a la cocina a prepararme el desayuno. Un buen tazón con cereales y leche fría y un par de trozos de fruta para acompañar, delicioso desayuno. Me salí a la terraza junto con el ordenador y la cámara. A la vez que desayunaba me puse a ver todas las fotos que tenía recopiladas tanto en el mac como en la cámara. Eran preciosas, cada una captaba un momento de todo el tiempo que llevábamos aquí, no podía elegir entre tantos momentos ni entre tantas fotos, todas representaban el momento tal cual lo recordaba. Había un montón de los chicos haciendo tonterías, de Sophie y mías, luego estaban las típicas que Niall me hacía cuando me pillaba desprevenida o cuando me daba por poner caras raras, o las que los chicos hacían desenfocadas, sobre todo Liam, todas tenían algo que me gustaba, eran perfectas a su manera.
No tardó mucho en que el dormilón de Niall se levantara y me echara de menos en la cama. Salió por la ventana de mi habitación y se sentó detrás de mí dejando caer su cabeza en mi espalda.
- Buenos días dormilón
- Buenos días, ¿qué haces?
- Nada, me puse a mirar todas las fotos que tengo hasta ahora en el ordenador y la cámara, había pensado en ponerlas en mi habitación en la pared que hay vacía - no me hacía ningún caso, seguí medio dormido - ¡Despierta! - le dije mientras me aparté para que su cabeza no tuviera ningún apoyo. Casi se da con la mesa. Me reí mucho, tanto que me dolía la boca.
- No vuelvas a hacer eso, te quedas sin Niall, adiós - dijo un poco más despierto ante tal susto. Yo simplemente seguía riéndome, aún sabiendo que le molestaba, pero sí, me había empezado esa risa tonta que me hace reírme durante bastante tiempo por cualquier cosa
- Lo siento, pero es que tengo esa risa tonta, por favor, no lo tengas en cuenta - dije entre risas, él me miró con una cara de asco, pero sabía que no importaba nada.
Cuando ya me pude tranquilizar, le di un beso en la frente y me fui a darme una ducha mientras él desayunaba un buen plato de tortitas que se había hecho en un momento, que pinta tenían, así que no me fui sin un bocado.
El plan de hoy era sencillo, Sophie, elegir vestido y sufrir en "X Factor", así que me puse en marcha.
No era normal una ducha mía sin un buen concierto privado, por lo que encendí la radio y me puse a cantar como si me fuera la vida en ello, eran esos momentos en los que a parte de dejarme la voz, pensaba y recapacitaba sobre el momento, cómo había llegado a ahí y por qué yo. Siempre lo hacía y esta vez no iba a ser otra. Creo que hice, prácticamente, un resumen del poco tiempo que llevaba aquí y las muchas cosas que me habían sucedido, teniendo como dos más importantes el accidente y Niall, las cuales se compenetraban, una con la otra me había ayudado a mejorar la otra, era una especie de balanza. Agradecía todo lo que me había pasado hasta ahora, no son cosas que pasen de normal y menos a mí, una chica de un lugar cualquiera que ahora mismo estaba intentado hacerse un hueco en el mundo de la música al lado de unos chicos que estaban a la cima junto con otro puñado de artistas, los cuales eran, todos, mis ídolos.
Salí de la ducha, me puse unos pantalones cortos altos vaqueros con tachuelas en los bolsillos, un crop top de rayas marineras rojas y mis converse blancas. Lista para ir a comer con Sophie y contarle todo lo que había pasado y lo que me pasaba, y de paso contarle mis miedos. Siempre me ayudaba, era como mi consejera.
Una vez ya lista, volví con Niall al salón, el cual estaba jugando a la play como de normal hacían todo los chicos.
- Me voy a ver a Sophie al hospital, voy a comer con ella, ¿te vienes? - le pregunté desde detrás del sofá
- ¿Te importa que no vaya?
- No, no pasa nada, además, así podemos tener una charla de chicas
- Es que hemos quedado a comer los chicos. Nos iremos a Nando's, sabes que a eso no puedo decir que no. Pero te acerco al hospital en la moto, ¿vale? - no se podía negar a ir a su restaurante favorito con sus mejores amigos, además, Sophie y yo necesitábamos un momento las dos solas, cero interrupciones de chicos y rollos de esos.
Rápidamente se puso sus pantalones de chándal, su camiseta de manga de beisbol verde y sus nike negras. A mí, así, me ponía mucho, no lo iba a negar, todo le quedaba bien, pero mi debilidad de siempre eran los pantalones de chándal cagados, grises a poder ser. Suena absurdo, pero es verdad.
Cruzamos la ciudad a toda velocidad, agarrada a él, sin miedo a nada. Todo el aire me daba en la cara, por lo que la escondí en su espalda. Me gustaba asomarme al espejo retrovisor y verlo sonreír, era esa risa tan característica suya de que algo le gustaba y no poco. Me gustaría poder pasarme así toda la vida, sin una preocupación por como llevo la ropa o por como me comporto, sin que nadie me juzgue simplemente por el hecho de juzgar, sin miedo a nada, simplemente siendo yo misma sin importarme lo que pensaran los demás.
Aquella noche me esperaba un momento de esos que tanto odiaba, pero tenía que afrontarlo, además cuando afrontas tus miedos con éxito, la vida te lo recompensa, no sabía con qué porque ya lo tenía todo, no podía pedirle nada más, pero date cuenta, la familia completa no estaba, todavía falta esa esencia de locura que nos volviera a todos locos, nos sacara de ese momento que habíamos pasado y que nos hiciera olvidar los problemas que se nos habían presentado haciéndonos vivir cada momento como si fuera el último. Nos faltaba eso y no íbamos a tardar en tenerlo.


jueves, 22 de agosto de 2013

Capitulo 19

"Wherever you are, no matter how far. I promise that I won't give up on you"



Abrí los ojos y ahí estaba con su rubia cabellera y dormido. Era mi pequeño irlandés.
Miré por la ventana y todavía era de noche, el cielo estaba estrellado y desde ahí se podían ver perfectamente las estrellas. Una de mis cosas favoritas era tumbarme en el césped en las noches de verano y contemplar el cielo, buscar formas, perderme entre los distintos planetas que se encontraban en aquel inmenso lugar.
Miré el reloj de Niall y eran las cinco de la mañana, por lo que me puse su camiseta, cogí una sábana que había a los pies de la cama y salí al césped que había al lado de la cabaña.
No pasó mucho más de media hora cuando noté unas caricias en mis brazos. Me habría asustado pero su olor me invadió, puso nombre a su presencia. Ahí estaba él con su pelo despeinado y unos pantalones de chándal anchos, los cuales tenían que ser de Harry y de su especie de kit o algo por el estilo que tenía en la cabaña para situaciones como estas. No se como se las apañaba, pero llevara lo que llevara siempre le quedaba bien, y en ese momento, junto con su sonrisa imperfectamente perfecta, llevaba el mejor de los conjuntos.
- Pensaba que me habías abandonado ya, que habías huido de mí - dijo mientras se tumbaba a mi lado.
Todavía el calor recorría su cuerpo lo que hizo que mi frío le hiciera un pequeño sitio que poco a poco iría perdiendo. Pasó su brazo alrededor de mí y yo apoyé mi cabeza en su pecho, él comenzó a enredar sus dedos entre mis rizos perdiendo el sentido de la dirección.
- Podría pasarme los días así y no cansarme nunca - le dije a Niall mientras le acariciaba.
Simplemente contesto con una sonrisa, como él sabe y con la que no hacen falta más palabras. Esos momentos en los que estábamos él y yo, esos momentos en los que no nos hacía falta nadie más, esos momentos, eran perfectos.
Estuvimos tumbados en el césped un buen rato hasta que un móvil comenzó a sonar desde el interior de la habitación. Era el mio ya que sonaba la canción de Treasure de Bruno Mars. La primera vez lo dejé sonar, la segunda dudé, pero a la tercera salí corriendo a por él:
- "¿Quién?" - pregunté asustada, a la cual no obtuve respuesta por lo que volví a preguntar. Casi cuelgo cuando de repente me contestan:
- "Lizzie, soy Harry - su voz estaba temblorosa, asustado, casi a punto de llorar - necesito tu ayuda"
- "¿Harry, qué pasa? Me asustas mucho, habla por favor - dije más preocupada de lo normal. Niall entró en la habitación y vió mi cara de pánico y comenzó a preguntarme y a hacerme señas a las que no contesté, quería saber lo que había pasado
- "Por favor, Lizzie, necesito que estés aquí, tu ayuda, te necesito"
- "Dime lo que te pasa, por favor, me tienes preocupada, mucho"
- "Sophie - fue oír ese nombre y pensar mil cosas, de todo tipo, por lo que le hice señales a Niall para que se fuera vistiendo - íbamos todos de risas al salir de la fiesta, sí, íbamos un poco contentos, pero no mucho - no sabía lo que me iba a decir, pero solo sabía que tenía un final jodido - bueno, cruzamos un paso de cebra cuando nos separamos de los demás, porque tenía preparada una sorpresa para ella, y de repente un coche a toda velocidad se saltó el semáforo - el corazón me dio un vuelco - yo lo vi, pero ya fue demasiado tarde para pararlo, la avisé, pero no me escuchó, y se la llevó por delante - me quedé en estado de shock, en blanco, no sabía articular palabra.
- Lizzie, habla, ¿qué ha pasado? - me dijo Niall con voz insistente a la vez que me movía para que reaccionara
- "¿Dónde estáis?"
- "Estamos en el hospital, ella está ingresada de pruebas y todavía no ha salido,  lo único que me han dicho es que ha sido un impacto grave y que tendrá duras consecuencias. Estoy asustado, ven, por favor" - me dijo con lágrimas derramadas, se le notaba en el tono de voz
- "Vamos para allá lo más rápido posible, tranquilo, ya vamos"
Colgué el teléfono y rápidamente le conté todo a Niall entre lágrimas. Salimos corriendo en cuanto terminé de contárselo, nos subimos en la moto y fuimos lo más rápido posible. Atravesábamos la ciudad con prisa, miedo, ira, ganas de llorar. Yo, temblorosa, me agarraba a Niall como podía.
Tardamos un par de minutos en llegar y aun estando con pocas fuerzas, salí corriendo en busca de mi amiga, en busca de una respuesta, no quería perderla, no me podía dejar sola en este duro camino, no era justo.
Subí las escaleras como si me fuera la vida en ello, el ascensor era muy lento para esta situación. Había perdido a Niall, pero en aquel momento quería llegar a donde estuviera Sophie. Llegué a una sala blanca, tenía un ambiente de tristeza y a la vez frío, sin sentido. Harry estaba sentado en una de las sillas, llorando, aunque se tapara los ojos con las manos, se le notaba
- ¡Harry! - chillé desde el otro lado de la habitación. Vino a mí y me dio un abrazo. Comencé a llorar, tenía miedo, el pánico se hizo conmigo, todo tipo de ideas se me pasaban por la cabeza. No se podía ir.
En aquel momento no hacían falta palabras, no podíamos decir nada, estábamos en el limbo, sin respuestas, perdidos sin un rumbo.
Poco después llegó Niall. Corrí hacia sus brazos, esta vez llorando desconsoladamente, asustada.
Me desperté en esa misma sala, seguía encerrada allí, sin ninguna salida. Me había quedado dormida en los brazos de Niall, lo miré, me contestó con una sonrisa nerviosa pero un poco tranquilizadora. Me limpió las lágrimas de los ojos, me di cuenta de que me había quedado dormida entre lágrimas y había dejado la camiseta de Niall manchada de mi tristeza.
- Lo siento, te he dejado la camiseta hecha un desastre - le dije mientras intentaba arreglar aquel estropicio, fue un intento fallido, incluso lo dejé peor.
- Tranquila, no te preocupes por eso, ahora mismo es el más pequeño de nuestros males - me dijo mientras me daba un abrazo. No pude aguantarme las lágrimas y rompí a llorar. Una vez me tranquilice un poco, le pregunté con miedo:
- ¿Han dicho algo sobre el estado de Sophie? - no contestó, simplemente negó con la cabeza.
Me percaté de que Harry iba de un lado para otro, no podía, los nervios y el miedo lo tenían preso. Era normal, no había pasado mucho tiempo, pero había sido el suficiente para quererla y demostrárselo, o por lo menos eso me parecía a mi.
- Lleva así toda la mañana - me dijo Niall viendo que lo miraba extrañada
- La quiere mucho y estaban disfrutando juntos, no se puede marchar ahora - Harry me escuchó decir aquello, se acercó a nosotros, se sentó a mi lado y me dio un abrazo. Sí, él también se había pasado la mañana entre lágrimas.
- Se que ha pasado poco tiempo y que puede parecer imposible que me haya enamorado, pero es cierto, me he enamorado de una pequeña chica que con solo mirarme hace que todos los problemas parezcan algo sin importancia, que con una sonrisa cambia el sentido de mi día, que con un beso me hace desaparecer de este planeta y que con sus caricias me hace sentir mariposas en el estómago. No sé vosotros, pero después de haber encontrado a la chica que sí, me ha cambiado la vida, lo ha puesto todo patas arriba y le ha dado un vuelco a mi corazón, no voy a dejar que se marche, porque no me puede dejar solo, porque no, me niego a dejar que se vaya, y menos sin despedirse - se le iluminaban los ojos cada vez que hablaba de ella, era como su primer amor.
No eran más de las nueve y media cuando entraron por la puerta de la sala Liam, Zayn y Louis. Niall los habría llamado esta mañana.
- ¿Han dicho ya algo sobre Sophie? - dijo Liam, pero con solo ver a Harry dar vueltas por la habitación se contestó él solo, aun así, Niall y yo negamos con la cabeza.
- Tomar chicos, os hemos traído algo para que desayunéis - dijo Louis ofreciéndonos unos cafés y unos bollos calentitos.
- Yo no tengo hambre - dijo Harry
Yo me comí el bollo, no me apetecía café, tampoco es que me agradara mucho, sin embargo Niall se bebió el suyo y el bollo lo guardó para después.
Los chicos se sentaron en los sillones y sillas que había en la sala. No cruzamos palabra ninguna, las miradas iban de un lado para otro y cada vez que escuchábamos un mínimo ruido de una puerta, nos apresurábamos a mirar. Queríamos repuestas, sobre todo Harry y yo.
Una de las puertas se abrió y de ella salieron dos médicos. Se quitaron las mascarillas y su cara nos asustó a todos, algo malo nos esperaba, simplemente esperábamos que no se hubiera ido, que no nos dejara.
- ¿Doctor díganos si sigue con vida?- dijo Niall. Era la duda que todos teníamos.
- Tranquilos, sigue con vida - eso nos alivió un poco. No se había marchado, se quedó con nosotros, todavía nos quedaban muchas cosas por vivir. - pero su estado es crítico. Se ha roto una pierna y una muñeca, pero eso no es lo peor de todo ya que se puede solucionar con una operación, el problema está en su sistema respiratorio - sonaba mal - a vuestra amiga, le cuesta respirar y necesita una reconstrucción de uno de sus pulmones, ya que el impacto tuvo mayor efecto en la zona del pecho, por lo que deberá quedarse ingresada hasta que su problema sea más o menos solucionado - me quedé parada, eso era una opción para que tuviera razones para largarse. Ese miedo de perderla volvió a invadirme, se hizo conmigo y por lo que me di cuenta, también se hizo con Harry.
- Ahora mismo la llevaremos a su habitación. Cuando vayan a verla no se extrañen si no les contesta o no les recuerda, sufrió un segundo golpe leve en la cabeza que le ha podido crear pérdidas de memoria, pero se solucionaran.
Y si, ¿no sabía quiénes éramos?, y si ¿se había olvidado de todos aquellos momentos de nuestra amistad?, o en el peor de los casos, de nada.
No pude, no pude tenerme en pie, me agarré a Liam y Niall. No me hacía a la idea de que mi mejor amiga se olvidará de todo, no quería.
- Tranquila, Lizzie, no se puede olvidar de ti, eres su mejor amiga, no puede - dijo Zayn para tranquilizarme.
Fuimos a la habitación que nos habían dicho que estaba Sophie, 505.

Toqué a la puerta con miedo, lo único que quería era que mi amiga se acordara de mí y recordara todos los maravillosos e inolvidables momentos que habíamos vivido juntas. No podía olvidarse de todo aquello, simplemente quería que todo siguiera siendo igual, que nada hubiera cambiado. La idea de que no se acordara generaba en mi un estado de rabia y a la vez me encontraba indenfensa, sin fuerzas.
La habitación era muy amplia, debido al estado crítico de Sophie, solo había una cama rodeada de un montón de máquinas las cuales estaban conectadas a ella. Era muy raro verla, ahí, en la cama, tan débil cuando ella siempre había sido la que me había ayudado a levantarme en las peores situaciones, cuando era ella la que tenía la fuerza suficiente para hacer frente a los problemas que se le pusieran delante, pero allí estaba, siendo dependiente de un par de máquinas. Esta vez me tocaba a mí ser fuerte por las dos, me tocaba aguantar y hacer frente a todos los problemas. Tenía que echarle fuerza, era mi turno.
Nos acercamos Harry, Niall y yo, mientras los demás se quedaron en la puerta, no querían molestar.
Sophie estaba durmiendo, le costaba respirar por lo que pudimos oír. Harry se acercó con delicadeza hacia ella, le acarició su delicada cara, le agarró la mano y se quedó a su lado. Niall y yo simplemente nos quedamos en frente de la camilla. Escondí mi cara entre los brazos de Niall y volví a llorar, sentía tal impotencia de verla tan indefensa, tan débil. La situación era como si una parte de nosotros estuviera en peligro, y así era, mi mejor amiga, su novia, la amiga, estaba allí, en aquel estado, pero éramos nosotros quiénes la ayudaríamos.
Hicimos turnos durante el día, aunque la mayoría del tiempo estuvimos Harry y yo. Por la mañana se quedó él, mientras yo me fui con Niall ha que me diera el aire y a relajarme un poco.
Salimos del hospital, yo, sinceramente no sabía donde ir.
- Vente, vamos a dar una vuelta en moto - me dijo Niall
- No me apetece hacer muchas cosas, simplemente esperar una respuesta - dije sentándome en uno de los bancos de la calle donde estaba aparcada la moto
- Se que no te apetece, pero cuando yo tengo algún problema cojo la moto, doy una vuelta y por un momento se me olvidan los problemas. Hazme caso - insistió mientras me alcanzaba su mano. No se lo podía negar, solo quería ayudar y eso me gustaba.
Subimos a la moto, arrancó el motor, aceleró y me agarré a él con todas mis fuerzas. Al principio no sabía si iba a funcionar, pero desaparecimos, surcamos pequeñas calles, nos hicimos invisibles a los ojos de los problemas, conseguimos escapar. Hundí mi cara entre mis brazos, pero aún así el aire se colaba y se enredaba entre mis rizos. Aquel trayecto me trasladó, por un momento, a aquel primer viaje que hice con Niall. En ese momento el único sentimiento que ocupaba mi cuerpo era mi cariño hacia él. Siempre hacia lo que fuera por verme sonreír, no le gustaba verme así, lo quería mucho.
Paramos en frente de una pequeña cafetería. Esta parecía pequeña por fuera, pero como dicen, las apariencias engañan, y así era, una vez pasamos esta tenía un cierto estilo a la antigua, pero a la vez muy bonito. Lo que más me gustó de aquel lugar era el patio que tenía rodeado de un jardín con enredaderas, era muy bonito. 
Nos sentamos en una mesa con un café, un cappuccino y algo de comer.
- ¿Qué tal te encuentras ahora? - me preguntó mientras me cogía la mano y me sonreía. Es aquella sonrisa de la que me enamore, de la que me quedé prendida.
- No se como, pero has hecho que se me olvide todo y ahora mismo estoy pendiente de tu sonrisa, simplemente - le contesté
- Es lo que quería conseguir.
Pasamos un rato hablando, aunque de lo único que estaba pendiente era de su profunda mirada, de su sonrisa, de él. Me sentía como la primera vez que lo vi. Tenía a mi lado al chico más maravilloso. Sí, había sido mi amor sin conocerlo y me pasaba horas pensando en cosas imposibles, y un día, así como si nada, lo conocí y le gusté, se enamoró de mí. Todas aquellas cosas imposibles que había soñado con quince años, ahora estaban sucediendo. A veces tenía que decírmelo dos veces para demostrarme a mi misma que esto era real, era verdad.
- ¿Qué piensas? - me preguntó curioso
- Nada, bueno, sí. Todo esto me recuerda a la primera vez que nos vimos, me quedé embobada mirando tu sonrisa y me perdí en tu mirada - le contesté
- Yo me acuerdo de que tenía ganas de probar tus labios, se que suena raro, pero me encantaron y me encantan tus labios. También recuerdo que me pareciste una chica muy risueña que siempre sonreía, además de ser muy bonita, yo también me perdí en tu mirada, lo reconozco - se rió con aquella risa tan suya, tan que le daba igual lo demás, solo le importaba el momento.
Decidimos volver al hospital, esta vez un poco más tranquilos. Antes de subirnos en la moto para regresar a la realidad, me agarró de la cintura, me giró hacia él, acarició mis mejillas con sus manos y hundió sus labios en los míos. Me trasladó a aquella mañana, me hizo sentirme pequeña, segura, que a su lado nada podría derribarme o acabar conmigo.
- Gracias, necesitaba escapar - le dije dándole un beso
- Estoy a tu lado para eso - lo quería.
Decidimos volver al hospital con la idea de obtener una respuesta a nuestra duda, pero no fue así. Cuando llegamos, Harry estaba sentado al lado de la camilla de Sophie, tenía una especie de cuaderno en el cual escribía, no se tampoco lo que escribía, pero ahora mismo era lo que menos me importaba.
- ¿Han dicho algo sobre el estado de Sophie? - le pregunté a Harry por si él sabía algo más que nosotros, pero estaba igual. Seguíamos como al principio.
- Tendrás hambre - le dijo Niall a Harry
- Sí, un poco, pero no puedo dejarla sola
- Tranquilo yo me quedó con ella, vete a comer algo con Niall, además creo que me toca a mí pasar un tiempo aquí - le dije a Harry para tranquilizarlo y que se fuera a descansar. Él estaba igual que yo, tenía ese miedo a perderla.
Me senté en el sillón que Harry dejó, mientras ellos bajaron a comer algo.
Allí estaba al lado de mi mejor amiga esperando que al despertarse pudiera reconocer mi cara, saber quién era y que seguía importándole, quería estar segura de que recordaba todo.
No sabía que hacer, no había nada que hacer, si fuera otra situación me pondría hablar con mi amiga, pero no obtendría contestación. Sería un poco de tontos hablar con alguien que no te responde porque no puede, no porque no quiera, pero ahí estaba yo para hacer un rato el tonto.
- Hola Sophie, ¿qué tal?. Espero que todo super bien por ahí dentro porque por aquí fuera todo mal, muy mal. Estamos todos echos polvo, sobre todo Harry, no te imaginas lo mal que lo esta pasando. Lleva toda la noche sin dormir, aquí pendiente de ti, esperando que abras los ojos y le digas un "te quiero" o simplemente un "buenos días". Yo, por mi parte, espero que me reconozcas, que te acuerdes de mí y de nuestros momentos - no sabía si alguien me estaba escuchando, pero tenía que contarle todo lo que me pasaba por la cabeza - Tengo que contarte tantas cosas y no han pasado ni veinticuatro horas. Sí, es sobre Niall, me has pillado. Sabes que siempre estoy hablándote de él, pero lo tienes que reconocer, es especial para mí y muy importante, al igual que tú para Harry o él para ti. Anoche estuve con él, me llevó a un sitio precioso que creo que tú ya conoces. Es la cabaña de Harry, sí, a esa que te llevó aquella vez que os escapasteis los dos juntos. Te lo tenías muy bien guardado, ya se porque le importas tanto a Harry. Pero esta vez era mi turno. Fue todo tan bonito, tan especial, tan de sueño. No se explicar lo que en esos momentos se me pasaba por la cabeza, aunque creo que poca cosa, solo él, el saber que era mío y que nada ni nadie podía demostrar lo contrario - le contaba todas y cada una de las cosas entre lágrimas, no me las pude aguantar, todo se me había acumulado - Es tan especial, tan importante, creo que estoy empezando a sentir ese pequeño cosquilleo que te entra simplemente al pensar o al escuchar el nombre de esa persona. Eso que nunca había sentido, y lo sabes, eso que te hace levantarte por las mañanas con una sonrisa, con ganas de vivir la vida, de pasar cualquier momento a su lado, de contarle cualquier cosa, por estúpida que sea, pero contársela y que te diga algo o simplemente una sonrisa o una carcajada. Cada vez quiero más sus abrazos, sus besos, sus sonrisas, sus miradas, sus caricias, cada vez lo quiero más a él. - estuve un par de segundos en silencio, esperando una respuesta, pero no la obtuve, aunque me la imagine como una tonta que era en aquellos momentos - Sí, lo reconozco, me has pillado, me he enamorado.
En aquel momento mi cara estaba inundada de lágrimas, no tenía fuerzas para tenerme en pie. Era todo una mezcla de tristeza, alegría, rabia, debilidad. Se me había juntado todo, no se si podría aguantarlo.
De repente noté como alguien me cogía de la cintura por detrás, era él. Me dio un beso en el cuello. Me di la vuelta para ver su cara. Vi su sonrisa más amplia de lo normal, su mirada con deseo, lo vi a él. Vi al chico del que me había enamorado. Entonces me dio un beso mientras enredaba sus manos en mis rizos, se separaron nuestros labios y me susurró al oido:
- Te quiero.
Sí, lo había escuchado todo.
Aquello produjo en mi cuerpo un cosquilleo que generó unas ganas enormes de gritarle al mundo que tenía todo lo que quería, lo tenía a él.
Una pequeña sonrisa se escapó desde la camilla, la típica sonrisa de Sophie que te daba fuerzas para seguir.

lunes, 17 de junio de 2013

Capitulo 18

" Instead of counting sheep, I count the stars within your eyes. I wish that I could sleep, but those stars are way too bright"


Fue la primera fiesta a la cual fuimos todos juntos y en la que los chicos nos dieron a conocer, tanto a Sophie como a mí.
Al llegar a la azotea de aquel gran edificio, el cielo estrellado invadió nuestras miradas y llenó de pequeñas luces aquella maravillosa pista de baile en la cual había todo tipo de estrellas que pisaban la tierra.
Llamar estrellas a todas aquellas personas que destacan en la vida real, me parece algo superficial, a mi me gustaba llamarlos personas con alguna cualidad que los hacía destacar, pero pocos eran los que llegaban a marcar momentos en nuestras vidas. Esos eran los únicos que se merecían la palabra estrella.
Me quedé embobada ante aquel maravilloso lugar, pero luego me percaté de que a mi lado tenía otro mejor. Me había regalado el beso que llevaba toda la noche esperando, y que por lo que él también dijo, esperaba con ganas.
- Esta noche tendrá muchas sorpresas - me dijo dejándome con ganas de saber más y más. Al ver mi cara de curiosidad me dio otro beso y me dijo al oído:
- Tienes ganas, pero deberás esperarlas, porque llegaran solas - le hice caso y esperé a que llegarán una por una en el momento adecuado, no había que meterles prisa ya que lo bueno siempre se hace esperar.
La música sonaba por los altavoces inundando toda la azotea, era el escenario perfecto para una noche de muchos momentos y pocas palabras.
- ¿Bailas? - le dije a Niall haciendo fuerza para que se viniera conmigo.
- Vale, pero te aviso que no se bailar bien
- Pues yo te enseño, aunque tampoco hace falta que me sorprendas, me conseguiste solo con tu forma de ser - le dije con una amplia sonrisa.
Era verdad, no sabía bailar, pero por ser él se lo perdoné.
Estuve dando le vueltas en mi cabeza a aquello que me había dicho, ¿qué sorpresas me esperaban por delante en aquella noche? No podía pedir nada más, lo tenía todo: él, mi mejor amiga, unos amigos maravillosos, el sueño de mi vida,... No me podía quejar.
Pocos metros cerca de mi, Sophie y Harry bailaban agarrados entre risas que solo ellos entienden. Toda la gente que estaba a su alrededor les sobraba, se miraban como si ese fuese el último momento que estaban juntos, se deseaban y se morian por tenerse el uno al otro. Entre ellos había eso que toda pareja quiere, solo que lo convertían en un simple juego de niños. Hacían que todo pareciera tan fácil, en ese momento me daban un poco de envidia, ya que llevaba un tiempo queriendo tener esa conexión con Niall.
- ¿Qué piensas, que estas tan concentrada? - me preguntó Niall sacandome de aquel pensamiento profundo que me había hecho trasladarme fuera de mí.
- Nada, pero a la vez todo
- No te entiendo, ¿a qué te refieres?- me preguntó con curiosidad
- Le doy vueltas a las cosas y tan pronto puedo tener muchas cosas en la cabeza como nada, es algo extraño, pero me pasa y no me gusta porque me hace desconectar y dejo de disfrutar los momentos que estoy contigo o con gente a la que quiero - entonces el me agarró las manos con fuerza mientras que con la otra me acariciaba la cara.
- Cierra los ojos, escucha la música y olvidalo todo
De fondo sonaba la canción de Beside You de 5 seconds of summer. Le hice caso, cerré los ojos, comencé a entender la letra de aquella canción que había escuchado siempre de pasada y que ahora entendía, y sentí cada uno de sus movimientos. Entonces en ese momento me plantó un besó que me llevó a olvidarme del lugar en donde estaba y de las miles de personas que nos rodeaban.
Había conseguido aquello que quería. Creamos nuestro propio juego en el que solo había dos participantes y la partida acababa de empezar.
Abrí los ojos y vi esa sonrisa que me llenaba, que me hacía sentirme completa.
- ¿Lo has disfrutado? - me preguntó
- Con tan solo un beso has conseguido que me olvide de todo lo que nos rodeaba
- Era mi propósito y veo que lo he conseguido - asentí como una niña pequeña con su respectiva cara de boba.
Continuamos bailando, unas veces solos y agarrados y otras sueltos y cada uno por su parte. Conocí a muchas de las personas que habían marcado mi niñez y juventud, y ahora ellos me decían que les gustaba mi voz y que habían escuchado repetidas veces mi canción. Era algo que me costaba asimilar, que de un día para otro, aquel artista que admiras, escucha tu canción varias veces. Era difícil de asimilar, pero se intentaría.
La noche siguió avanzando y todo era perfecto.
Vimos los fuegos artificiales desde aquella terraza. Cuando comenzaron la gente tenía caras de asombro, de felicidad, otros se regalaban besos y siempre estaban los que preferían inmortalizar el momento para siempre a disfrutarlo durante un momento del cual se acordarían siempre. Los buenos momentos son efímeros.
Estaba contemplando los fuegos artificiales con Harry y con Sophie, cuando note como Niall me abrazaba por detrás a la vez que su olor me inundaba y él me daba un beso en el cuello. Una de mis debilidades y de la mayoría de mujeres.
La fiesta aun no había terminado cuando Niall decidió que nos fueramos.
- Chicos nos vamos. Nuestra noche solo acaba de empezar - dijo despidiéndose de los chicos.
- ¿Dónde vamos tan pronto?
- A la que será una de las noches que nunca olvidarás, o por lo menos eso quiero conseguir - cerró con un beso
Salimos rápidamente del edificio y cogimos una de las motos que había en la puerta. No se como había llegado hasta allí porque nosotros acudimos a la fiesta en coche, bueno, tenía contactos. Era una bonita vespa roja.
El viento se enredaba entre mis rizos, acariciaba nuestras mejillas y nos inundaba con el olor, ese que nos invade en las noches de verano. Me agarraba con fuerza a él, sentía su respiración agitada como si estuviera ansioso por algo. Me hacía pensar, pero me di cuenta que aquella noche no era para darle vueltas al coco, esa noche estaba para disfrutarla, para recordar cada uno de los momentos, pero no con una cámara sino en mi cabeza, bajo llave y para siempre.
- Hemos llegado a la primera parada - dijo frenando la moto en seco. Era un jardín del cual no había sabido nunca nada. En la puerta había unas verjas negras grandes las cuales Niall saltó con facilidad, como si lo hubiera hecho siempre. Desde el interior abrió la puerta y me tendió la mano para que pasara.
- ¿Dóndo estamos? - pregunté mirando a mi alrededor. Es lo que sueles hacer cuando no conoces un lugar.
- Es del padre de Harry
- Entonces, ¿por qué has saltado la verja?¿No era más fácil abrir con las llaves?
- Si, pero así todo es más romántico
- No, ya, dime la verdad - lo conocía lo suficiente como para saber que no era verdad
- Con la emoción se me olvidó pedirle las llaves a Harry - ante aquello no pude más que reirme a carcajadas. Entonces lo miré y estaba colorado, pero terminó riéndose conmigo.
El sitio era muy bonito y tenía su punto de misterioso.
Andamos por un camino de arena rodeado por árboles frutales y frondosos arbustos. Notaba como el olor a fruta me invadia y como todo esto tenía un parecido a un lugar salvaje. Era como nuestra propia selva en medio de la civilización. Tras pasar aquel pequeño paraje vi una pequeña cabaña de madera en el centro de un jardín y al lado había un lago con una pequeña cascada. Definitivamente esto si que era un paraiso. Era perfecto, no se porque me había llevado Niall allí, pero seguía siendo perfecto.
- ¿Te gusta?
- ¿Estas de broma? Es precioso, me encanta - dije con una amplia sonrisa y dándole un beso.
- Es una de las sorpresas - dijo llevándome hacia él.
Me agarro con fuerza de la cintura y me acerco a él. Hundió sus manos en mi pelo y me dió un beso con ganas, apasionado. Esos eran los besos que a mi me gustaban, esos que te dejaban con ganas.
- Ven que te enseñe todo lo demás - me agarró de la cintura y me llevó hacia el interior.
Este estaba acorde con el exterior. Todo era de madera y había un pequeño salón con un sillón y una alfombra, a cada lado había una habitación. Fuímos a una de ellas la cual tenía una cama de matrimonio blanca con vistas al lago y a la cascada.
No lo pensé hasta llegar allí, pero este era aquel maravilloso lugar al que había llevado Harry a Sophie, ahora me cuadraba todo. Era el lugar perfecto para impresionar a una chica. Se lo tenía muy bien guardado la amiga.
- Tenía ganas de esta noche - me dijo Niall al oido. Había vuelto a desconectar, pero sería la última vez.
Puso una mano en mi mejilla y me acercó a su cara, sus labios, y con la otra acercó con fuerza mi cuerpo contra el suyo. Comenzó a besarme como lo había hecho en la puerta, lo que hacía que un escalofrío entrara por mi cuerpo, me estaba poniendo nerviosa. Nunca había llegado a ese punto y él por el contrario parecía tener un poco más de experiencia. Se dió cuenta y trató de tranquilizarme besándome con delicadeza como si me fuera a romper, pero no quería eso, no me gustaba. Entonces decidí demostrarle que tenía confianza en mí misma, algo que nunca había tenido nunca. Lo agarré con fuerza, menos que él, pero hice el esfuerzo. Pilló la indirecta.
Todo dejó de importarnos en ese momento, sus manos se desplazaban por mi cuerpo mientras que sus labios se perdían ente los mios. Yo, hundí mis manos entre su pelo y seguimos con aquel juego que empezaba a gustarme, por lo que poco a poco estaba mas tranquila.
Me cogió con sus brazos y me subió, algo que a mi me gustaba, le daba emoción. Un poco más segura de mí misma, le conseguí quitar la camiseta, al igual que él hizo con la mía. Era un juego, yo actuaba y él respondía, y viceversa. Nuestros cuerpos estaban cada vez más cerca pero esta vez sobre la cama.
Pude notar como su respiración se agitaba al igual que la mía, notaba como me quería para él solo, me agarraba con fuerza, con deseo y a la vez con un poco de miedo. No quería que aquel momento terminara. Era mío, lo notaba, sentía su corazón, sus labios, au cuerpo, su respiración. Entonces se apartó un instante y me dijo:
- Eres mía y nadie ni nada podrá cambiarlo - me dijo al oído.
En ese momento todo era perfecto, notaba como su cuerpo y el mío llegaban a tal punto de ser uno solo, su respiración se acompasó con la mía, sus latidos eran cada vez más fuertes y rápidos. Sentía todo el calor que se apoderaba de su cálido cuerpo.
Su mirada se perdía entre mis ojos, mi cuerpo, volviendo al punto de partida, mis labios. Había conseguido demostrarme que quería que fuera suya, tenía ganas de mí, me agarraba con fuerza, con deseo y con miedo a perderme, miedo a que aquel momento terminara, como si ese fuera el último momento juntos, como si no nos fuéramos a ver. No quería dejarme marchar, ni yo tampoco, lo quería siempre para mí.
Sus ojos color mar derrochaban deseo mientras que los míos era una mezcla entre inocencia y deseo.
Todo era perfecto, era mucho mejor de como te lo imaginas a veces, nunca sabes si llegará ni cuándo llegará pero una vez lo tienes delante no lo desaprovechas y yo no iba a hacer menos. Por lo que aquella vez, sí, me traslade a otro lugar, pero él junto a mí. Creamos nuestro propio mundo en el que todo lo demás nos daba igual, no nos importaba nada, simplemente nosotros.

domingo, 11 de noviembre de 2012

Capitulo 17

" Cause you were mine for the summer You were my summer love, you always be my summer love"


Era 4 de julio, ese día tan especial para mi querida ciudad de Londres, esa que estaba envuelta por el calor del verano y millones de sueños de sus ciudadanos. Uno de esos sueños que revoloteaban por cada una de las calles contando una historia, era el mío. El sueño de una pequeña chica con una dulce voz y gente a su alrededor que la quería de verdad y no como algo pasajero.
Mi verano era de esos que las niñas de 16 años sueñan tener entre sus dedos para jugar: con su mejor amiga al lado para contarle cada uno de sus pequeños secretos y apoyarse la una a la otra entre millones de risas, el príncipe rubio con ojos azules que todas soñábamos que nos decía cosas bonitas en sueños, y el grupo de amigos que nunca en ningún momento falla. Ese estaba siendo mi verano y este solo había comenzado, por lo que me quedaban muchas cosas que pasar al lado de todos ellos.
Aquella mañana Sophie, los chicos y yo habíamos decido en subirnos todos a cantar a un autobús, de esos rojos de las películas, para promocionar el nuevo single que cantábamos los chicos y yo.
Habíamos pasado la mañana entre risas, chocolate, rasgueos de una guitarra y unas preciosas voces como las de Sophie y los chicos, pero ya era hora de ir preparándonos para ir con los demás.
Sophie y yo, como de costumbre, nos metimos en el vestidor y comenzamos a pensar la ropa que nos íbamos a poner por la tarde y la que nos íbamos para la esperada fiesta de esta noche. Como demostramos siempre, somos chicas de elegir todo en el último momento, pero hasta ahora nos ha funcionado todo muy bien por lo que no vamos a hacer una excepción.
Estuvimos durante una hora allí metidas probándonos parte del vestidor pero al final encontramos el conjunto perfecto para cada una.
Sophie escogió unos pantalones cortos desteñidos de colores con tachuelas, una camiseta blanca y unas vans azules que hacían juego con el color azul de sus uñas; mientras que yo me puse unos pantalones vaqueros largos, una camiseta blanca con un corazón negro, mis converse rosas y un pañuelo a juego.
Salimos listas para arrasar con toda aquella gente que nos fuera a ver y escuchar cantar.
- Cada día tardáis más - dijo Niall que se encontraba tirado al igual que Harry con la diferencia que este último resoplaba, es decir, que estaban igual.
Nosotras nos reímos a la vez que miramos el reloj de la cocina, llevaban esperando como una hora y media, mientras que ellos solo habían tardado quince minutos, pero aún así estaban perfectos
- Pero vosotros tardáis poco y para colmo estáis perfectos - dijo Sophie. Yo pensaba lo mismo
- Vosotras también estáis perfectas siempre, es más sois perfectas y a nosotros nos encanta - dijo Harry mientras ambos se levantaban del sofá para venir hacia nosotras y darnos un gran abrazo de esos que gustan.
- Bueno, ¿podemos ir marchándonos? Que los demás nos están esperando. Me acaba de mandar un mensaje Liam de que bajáramos ya, que tenemos una sorpresa en la puerta - dijo Niall mientras guardaba su móvil en el bolsillo y me daba un beso en la frente.
Bajamos en el ascensor dirección la puerta, cuando al salir vimos aparcado frente a nosotros un bonito autobús rojo en el cual estaban Zayn, Liam y Louis en lo alto del todo.
- Venga subid tardones - gritó Liam desde lo alto
- Harry, espero que no hayas hecho nada malo con Sophie que me enfado contigo y no respiro - dijo Louis un poco de morros
- Lo único que he hecho ha sido quererla un poquito más a cada segundo que pasaba con ella - ante aquella respuesta: Louis se enfadó cruzando los brazos aunque a la vez tenía una pequeña sonrisilla, los demás decíamos "awwww" mientras Harry se ponía rojo y a Sophie se le caía la baba.
- ¡Pero dale un beso, tonto! - grito cupido desde lo alto del autobús. Zayn siempre tenía que poner un final feliz a todos los acontecimientos, era todo un romántico.
Mientras Niall y yo subíamos, Harry le plantó un debido beso a Sophie, que la dejo sin habla ninguna.
¡Qué monos ellos!
Una vez ya todos arriba, el autobús arrancó y fuimos poco a poco decidiendo que es lo que íbamos a ir cantando. Los chicos lo tenían todo muy claro, como estaban muy compenetrados no les hacía falta ni hablar simplemente una mirada y ya sabían todo; sin embargo, Sophie y yo no nos aclarábamos, no teníamos ni idea. Nos dijimos la una a la otra:
- ¡Improvisamos! - dijimos al unísono, lo que nos causó una gran carcajada que hizo que todos se dieran la vuelta y nos miraran con unas caras.
- Sois muy raras chicas - dijo Zayn con una sonrisa
En aquella parte de arriba había muchos altavoces por los cuales nuestra voz pasaría por su interior para que los demás pudieran escucharlas, cinco micrófonos de pie que estarían pensados para los chicos porque Sophie y yo simplemente necesitábamos dos y dos guitarras acústicas preciosas. Entonces al percatarme de aquello decidí coger una de ellas y tocar las canciones en acústico, sin nada más, una guitarra y nuestras voces. Era la mejor combinación posible en este mundo, o por lo menos para mi.
Una vez llegamos a la calle principal de Londres, de los altavoces comenzó a salir una música parecida a la de Little Things, los chicos se disponían a cantar. Sophie y yo nos miramos, ya que siempre nos había gustado esa canción, decía todo lo que las chicas queremos oír de boca de un chico enamorado de nosotras. Todo un sueño escucharla en primera fila. Es más, yo siempre le había dicho a Sophie que algún día en nuestras largas vidas, escucharíamos un concierto de One Direction en privado.
Este no era muy privado lo que se dijera, pero estábamos a su lado para oírlos cantar, ver sus caras y conseguir entender los sentimientos o pensamientos que les recorrían cuando de ellos salían aquella bonita melodía. Cada uno tenía una expresión diferente, aunque todas se parecían, tenían cara de enamorados. En Zayn, Louis, Harry y Niall lo entendía, pero lo de Liam me extrañaba, ya que llevaba un tiempo sin novia y tampoco es que tuviera cara de estar mal por no tenerla. Eso solo se podía significar que mi pequeño Liam se había enamorado, y eso tenía que saberlo yo.
Mientras ellos cantaron, nosotras quisimos comprobar la reacción de la gente, aunque por algunos chillidos que escuchamos sabíamos que un grupo de fans se había dado cuenta de que sus ídolos iban en ese autobús y que era un directo. Al asomarnos había todo tipo de gente: fans, gente extrañada, otra que se paraba a escucharlos y grabarlos, otros que simplemente seguían por su camino y ni se percataban o pensaban que era la banda sonora a ese trayecto de su vida.
Entonces me giré hacia ellos, los miré, luego miré a Sophie y me puse a recordar, me di cuenta de que aquella era mi banda sonora, aquella era mi película, mi sueño, todo lo que un día recorría mi cabeza en forma de deseo. Se estaba haciendo realidad.
Darte cuenta de detalles como esos, merecen la pena, te hacen sonreír y darte cuenta de que has luchado y no te has dado por vencida.
Los chicos cantaron todas sus canciones. Nosotras los mirábamos, bailábamos con ellos, nos reíamos, fue uno de los mejores momentos del verano, aunque todos eran inolvidables.
Era mi turno, era la hora de sacar mi voz a relucir, mostrársela a todo el mundo y decirles que yo también puedo cantar cosas bonitas.
Me coloqué la guitarra y comencé con una serie de acordes: Do M, Sol M, Mi m y Re M
Eso solo podía significar que de mi iba a salir la canción de Payphone, con un poco de miedo, pero iba a salir. Mientras cantaba le hice una seña a Sophie para que se asomara y viera la reacción de la gente. Miró y al volverse tenía una gran sonrisa y con los pulgares hacia arriba. Luego miré a los chicos y estos me miraban ilusos, se les caía la baba. Los quería mucho y me encantaba que a mis ídolos les encantara mi voz.
En ese momento la seguridad se hacía conmigo y con mi cuerpo, estaba segura de que les gustaba o por lo menos a las personas del autobús.
Seguí poco a poco con mi repertorio: Price Tag, Little Things, Just the way you are, We found Love, Sense tu,... y muchas más. En algunas de ellas Sophie se añadía a la canción y entonces sonaba aún mejor que antes. Los chicos no reaccionaban, no tenían palabras para describir la situación. Me encantó dejarlos sin habla.
Al terminar de cantar todos comenzamos a aplaudir y a dar las gracias a todas y cada una de las personas que se habían parado a escucharnos.
- Tenemos con nosotros a las dos señoritas que mejor cantan de este autobús - dijo Liam por el micrófono mientras se reía con aquella sonrisa tan bonita que solo él tenía.
- Tonto - le dije mientras le daba un golpe en el hombro, aunque él ni se inmutara.
Les encantaba hacernos rabiar, pero eran como mis hermanos y cuidaban de mí y de Sophie. Por si no lo recordáis, eramos novatas en cuanto a la ciudad de Londres y a eso de cantar delante de tanto público.
Terminada una vez nuestra actuación en aquella preciosa calle principal de Londres, el autobús nos dejó en nuestras respectivas casas, teníamos que cambiarnos para la fiesta tan especial de ese día.
- Princesa, esta noche bailarás conmigo bajo la luz de las estrellas - me dijo Niall al oído, a lo que acompañó con un beso en el cuello. En ese momento me entraron mariposas en el estómago, era tan irresistible.
La primera parada fue nuestra casa.
Nos despedimos de cada uno de los chicos, aunque sería por poco tiempo.
- Empezad ya a arreglaros, pequeñas, que luego tardáis mucho. Os queremos mucho - nos dijo Harry desde lo alto del autobús una vez estábamos nosotras abajo. Nosotras solo supimos reírnos y asentir.
Sophie y yo nos tomamos el comentario de nuestro rizitos al pie de la letra. Subimos corriendo al apartamento y una vez dentro enchufamos la radio para que se escuchara por toda la casa. Al principio comenzamos a bailar al son de Taylor Swift, pero rápidamente nos fuimos una a la ducha y la otra a preparar la ropa y todo lo demás. En unos veinte minutos ya estábamos las dos duchadas, aunque con nuestros pelos mojados al viento.
La fiesta de esta noche era muy importante, tendría su correspondiente alfombra roja y sus respectivos periodistas con sus bonitas cámaras haciendo fotos a todo el mundo, para luego hacer una valoración de su atuendo, por lo que la ropa que fuéramos a llevar era muy importante.
Sophie se decantó por un bonito vestido azul de gasa, unos zapatos blancos con tachuelas y como complementos un bonito collar dorado a juego con un anillo que ponía "love"; mientras que yo me decanté por un vestido con palabra de honor en forma de corazón de color negro y con brillantes, con una falda azul más larga por atrás, unos taconazos negros a juego con el bolso y unas pulseras azules y plateadas.
A nosotras nos encantaba e íbamos perfectas. Estos conjuntos quedaban muy bien con nuestros peinados: Sophie llevaba el pelo liso con algunos tirabuzones y una larga trenza que hacía de diadema, y yo llevaba una trenza de raíz en el lateral que recogía todo mi pelo hacía uno de los lados.
No quiero ser presumida ni nada por el estilo, pero parecíamos princesas.
Casi habíamos terminado cuando llamaron al telefonillo. Eran los chicos.
- Chicos acabamos de entrar en un castillo, porque nos ha abierto la puerta una princesa - dijo Zayn cuando les abrí la puerta. Era como mi consejero de moda y un piropo así viniendo de él era todo un alago.
Detrás de él pasaron todos los chicos. Harry fue el más rápido, me dio dos besos y pasó corriendo al interior de la casa a buscar a su pequeña señorita Styles.
Iban todos muy guapos, como siempre, claro está. Cada uno iba vestido a su manera, pero a la vez iban a juego, me gustaba su forma de vestir.
- Estas perfecta princesa - me dijo Niall con un dulce beso sabor a chocolate.
- Tus besos saben a chocolate y me gusta -
- A mí me gustas tú y tu sabor dulce - lo que acompañó con uno de sus irresistibles besos en el cuello
- No hagas eso - le dije
- ¿El qué? - me contestó preocupado
- Lo de darme besos en el cuello -
- ¿Es que no te gustan?
- No - me quedé callada y él se apartó algo extrañado ante mi contestación - Me encantan y me enamoran, te hacen irresistible - su cara paso de susto a ganas de comerme a besos. Entonces empezó una guerra entre sus labios en mi cuello y mis nervios, me estaba derritiendo. Son tan.... no se explicarlo, pero me traslado a otro planeta solo con él, nadie más.
No sabía como combatir ante aquello, me hacia débil, simplemente me dejé llevar.
Esta guerra terminó en un pequeño camino de sus labios que comenzaba en mi cuello y terminaba en mis labios, firmando la paz con un " Te quiero" de su boca.
- Eres tan... no se, me pongo nerviosa a tu lado, no se porque pero me pasa. Me debilitas y haces que todo cambie de sentido - le dije con voz nervios
- Esto es lo que me encanta de ti, que es como si siempre fuera la primera vez, te pones nerviosa y haces que me ponga nervioso yo. Son siempre primeras veces, aunque aún nos queden algunas - esa última frase iba con segundas intenciones ya que lo dijo muy pícaro.
- Tengo una cosa para ti y tu precioso cuello - entonces de su bolsillo de la chaqueta sacó un pequeño color plateado y me lo colocó con delicadeza, terminando con uno de sus besos en el cuello. Me tembló todo el cuerpo y él lo notó porque me agarró con fuerza y me dio un abrazo.
A veces, no hace falta un beso largo, simplemente con un abrazo se demuestra todo el cariño de una persona hacia ti, y él lo estaba haciendo.
Quedaban unos quince minutos para tener que estar en el edificio donde se celebraría el evento, así que avisamos a todos para marcharnos.
Desde el salón se oían risas y besos, eran de Sophie y Harry. Iban agarrados de la mano y Harry llevaba una marca de los labios rojos de Sophie en los labios, cuello y moflete.
- Vas un poco manchado de rojo - le dijo Liam mientras le señalaba las partes
Harry se limpió la marca del cuello y la de los labios, pero se dejó la del moflete, estaba muy mono. Todo les quedaba bien a estos chicos.
Comenzaron todos a salir por la puerta cuando agarré a Niall y le dije:
- Estoy nerviosa por todo lo que vayan a pensar. Tengo miedo de que me critiquen. Estoy asustada - le dije con miedo en cada una de mis palabras. Él me abrazó y me contestó:
- En esta vida en la que te acabas de meter esta llena de críticas a todo, tienes que aceptar que va a existir gente a la que le gustes mucho, como a mí - dijo con una amplia sonrisa - y otra gente a la que no le gustes para nada. Ante todos esos comentarios tienes que ser fuerte, y cuando no puedas más estaré siempre a tu lado para sacarte la más bonita de las sonrisas - me lo dijo todo con tanta confianza y seguridad que consiguió tranquilizarme.
Además de ser mi príncipe azul, era mi ángel de la guarda. Le agradecí todos aquellos comentarios con un bonito beso de película, los favoritos de todo director de cine.
Eran las 10, hora en la que teníamos que estar en la puerta de aquel impresionante edificio. Era la hora de enfrentarse a todos aquellos periodistas y a todas sus críticas.
Empezaron a salir los chicos, uno a uno, del coche. Yo miré a Niall y él me agarró fuertemente la mano.
Poco a poco me hice a la idea de que primero salían ellos y luego salía yo sola, estaba nerviosa.
Los chicos como siempre tuvieron esa gran masa de fans chillando por ellos y también tuvieron sus respectivas entrevistas, siempre les iba bien en estas cosas.
No habían terminado la entrevista, cuando Harry se dio la vuelta y vino a por Sophie. Tuvo todo un detallazo. Le dio la mano y salieron los dos juntos, Harry quería mostrar a todos a su chica a la pequeña señorita que le había robado el corazón en poco más de cinco días.
En las fotos posaban sonrientes, Harry agarraba a Sophie por detrás. Estaban perfectos, parecían una pareja que llevaba mucho tiempo. Ante aquel acto de Harry, los periodistas comenzaron a llamar a Sophie para que fuera a hacerse algunas entrevistas, ella no sabía que hacer, pero para eso estaba su salvador que la acompañó y le ayudó.
Era mi turno, puse un pie delante del otro y comencé a andar hacia aquella imponente fila de periodistas, en parte llevaba un poco de seguridad por todo lo que antes me había dicho Niall y por el impresionante vestido que llevaba.
Allí me dirigía, al camino que me llevaba afrontar mis miedos.
Desde el fondo de la alfombra roja me miraba Niall con una enorme sonrisa lo que causó en mi otra sonrisa. Llegué a ellos y posé, sonreí, y recordé todas aquellas palabras que me había dicho mi ángel.
Los periodistas comenzaron a enfocar sus cámaras hacia mi, me llamaban para hacerme preguntas. No sabía que hacer, entonces en ese momento noté como un brazo me agarraba por detrás y me daba calor. Era Niall, estaba ahí para ayudarme. Me dejó sola los primeros segundos, pero no podía sufrir verme ahí sola con todo ese nervio y miedo que llevaba encima.
- Sufro cierta debilidad por ti, no puedo dejarte sola - me dijo al oído
- Eres mi ángel de la guarda y yo espero ser algún día el tuyo
- No te preocupes, ya lo eres, desde el primer momento que te vi sabía que eras tú mi chica - me moría de ganas por fundirme con él, darle un beso, pero no era apropiado a esta situación.
Una vez pasada la alfombra roja y todo mi miedo, nos dirigimos hacia arriba todos juntos.
La azotea era preciosa, miles de luces colgando de arriba, el cielo despejado y todo tipo de gente a mi alrededor. Sophie y yo estábamos boquiabiertas. Entonces Niall me agarró y me apartó de aquella multitud.
- Esta noche espero que sea especial para ti, todo comienza con un dulce baile a la luz de la luna y acompañada de tu príncipe - me dijo sellando sus palabras con un beso. Ese era el beso que tenía tantas ganas de darle abajo - Me moría de ganas de dartelo - me dijo. Parecía tener ganas de mí.
Aquella noche pasarían muchas más cosas que un simple baile.

Lizzie (Tarde)           

Sophie (tarde)

Lizzie (noche)

Sophie (noche)

sábado, 3 de noviembre de 2012

Capitulo 16

"I will never be the same without you, all I need is you and I"


Llegamos los cuatro, entre risas y abrazos, a mi casa.
Una vez todos ya allí, Harry y Sophie se fueron a la habitación de invitados mientras que Niall y yo nos quedamos en el salón.
- Me encanta pasar tiempo contigo - me dijo Niall desde uno de los lados del salón. Él estaba apoyado en una de las paredes, en ese momento estaba irresistible.
- ¿Y eso? ¿Por qué ahora? - pregunté
- Pues al igual que te lo digo hoy te lo puedo decir todos los días, siempre, porque es lo que me pasa cada minuto que estoy a tu lado. Eres la sonrisa de mi día, te quiero.
No me lo podía aguantar tenía que besarlo, me moría de amor, era todo un cielo. Me di cuenta desde el principio que tenía mucha suerte de haber encontrado un chico como él, pero todos los días me daba más razones para seguir pensando eso.
- Me encanta ser tuya y que tu quieras tenerme a tu lado, ahora mismo no se que haría si tu no estuvieras - le dije poniendo fin a esa frase con un dulce beso.
Había veces en las que mi cabeza se hacía la pregunta de como un chico como él podía estar con una simple fan, una chica que lo llevaba queriendo desde que los conoció a los cinco, desde que en aquella pequeña radio de su habitación comenzaron a sonar, esa fue la primera vez que los escuche y quede prendida de ellos, de sus voces,...
La luna se veía desde el gran ventanal de mi habitación, era preciosa, me gustaba mucho que a través de mi ventana se pudiera contemplar las estrellas y la luna. Era todo un privilegio y más si él estaba a mi lado.
Niall me tenía cogida de la cintura y enredaba sus dedos en mi pelo, le gustaba mucho jugar con mi pelo y a mi que el enredara sus dedos entre mis rizos. Era un juego de niños para ambos. En aquel momento lo único que había entre nosotros era el silencio, eso nos demostraba que no hacían falta palabras para estar a gusto. Era simple, era amor.
Mientras tanto en la habitación de Harry y Sophie había palabras, frases, oraciones,... Había mucho más que eso. Ellos estaban sentados sobre la cama el uno en frente del otro, cada uno tenía una sonrisa plasmada en su cara.
- Pues yo cuando sea mayor voy a tener una bonita casa en el campo con un porche en el que haya dos mecedoras y tu y yo nos sentaremos en ellas. Seremos los típicos viejecitos de las películas - dijo Harry riéndose a carcajadas
- No seas tonto - dijo Sophie abalanzándose sobre él - eres un poco bastante soñador, tienes una imaginación muy amplia
- No soy soñador, soy realista. Estaremos todo el tiempo del mundo juntos, suena cursi pero es la verdad - en ese momento los mofletes de Sophie pasaron de estar en modo normal a modo colorado - me encanta cuando te pones roja, eres tan guapa - dijo Harry dándole un beso.
Sophie seguía roja, pero ahora le gustaba más ponerse así delante de Harry porque sabía que a él le gustaba.
Después de aquella pelea de niños pequeños, Harry y Sophie se durmieron, quedando atrás todas aquellas palabras que Harry había dicho y que a ambos les gustaría que se hicieran realidad algún día. Pero no todo era posible, por ahora tenían que disfrutar lo que tenían.
Dos habitaciones a la derecha, Niall y yo seguíamos contemplando las estrellas.
- No me canso de estar contigo, me gusta - dijo Niall dándome un beso de buenas noches en la frente. Aquellos besos eran mis favoritos, aunque no sea lo normal en una persona.
- Sigo pensando que estoy en un sueño, sigo pensando que no eres real y que todo esto que tenemos no ha sucedido ni sucederá - dije un tanto triste
- Pues ya te lo puedes ir creyendo porque es verdad, te lo demostraré - entonces Niall me pellizcó
- Ay, ¿por qué haces eso? - dije dolorida
- Si te ha dolido es que todo esto es verdad - llevaba razón con aquello, tenía que empezar a creérmelo. Entonces le di un beso en sus dulces labios, apagué la luz de la lámpara y me dormí sobre su pecho al compás de sus suspiros.
A la mañana siguiente todo seguía igual que como lo había dejado la noche anterior, él seguía siendo mío y estaba a mi lado durmiendo para demostrármelo. Estaba super mono, parecía un niño pequeño al que le acababan de dar una alegría, el sueño de su vida. Era irresistible. No sabía si despertarlo o no, es que estaba tan mono ahí dormido, me daba pena, pero lo quería despierto y prefería sus ojos y su voz.
- Despierta pequeño, que quiero ver tus preciosos ojos azules - le dije dándole un dulce beso en la mejilla.
Poco a poco fue despertándose, se desperezó, estiró los brazos hacia arriba, abrió los ojos y me buscó con su mirada sabor a mar.
- No te has escapado de mis redes - dijo con su perfecta voz
- No he podido resistirme a tu cara de ángel - le dije devolviéndole la sonrisa
- Yo tampoco podía dejar escapar a la chica de mis sueños, a la chica que me hace sonreír continuamente, a la chica que me inspira a la hora de escribir canciones, a mi chica favorita en este mundo, después de mi madre, claro - a esto añadió una carcajada como solo él sabe.
- Para, dejalo ya, deja de hacer esto que haces conmigo - dije un tanto enfadada, pero con cariño
- ¿Qué he hecho ahora? ¿Algo malo? - dijo asustado con aquella inocente mirada perdida en la mía
- Cada vez que me dices esas cosas me haces que me enamore más y más de ti, y yo sin embargo no puedo compensarte, porque tú podrías estar con otra chica mejor que yo. Se que las hay en algún lugar y que están locas por estar aquí en mi lugar y sin embargo tú quieres que sea yo, ¿por qué?
- Yo soy el que te debe mucho, tu ya lo haces todo con solo estar a mi lado y hacerme sonreír cada mañana, con tus caricias, abrazos, besos,... Me tienes atrapado, no puedo demostrartelo pero es lo que realmente siento. Si, podría estar con otras chicas, pero como tú ninguna en ningún sitio por mucho que busque - puso final a aquellas palabras con un largo beso con el cual enredó sus dedos en mi pelo mientras que con la otra mano acariciaba mi cara. A todo esto yo estaba quieta, sin realizar ni llevar acabo ningún movimiento.
Cuando pude reaccionar, él estaba sentado en frente de mí con su mirada color mar y su sonrisa imperfectamente perfecta.
- ¿Quedan respondidas tus dudas, pequeña?
- Por supuesto, aunque ya va siendo hora de que nos levantemos de la cama que hoy tenemos que hacer muchas cosas y no podemos quedarnos todo el día tirados en la cama. Venga, vamos a desayunar - le dije saltando sobre la cama
Salimos de la habitación entre risas y un gran abrazo, de esos que nos gustaban a ambos.
Fuimos a la cocina y allí vimos a Sophie y Harry cocinando algo que desprendía un muy buen olor
- ¿Qué cocináis? - preguntó Niall relamiendose los labios. Todo tema relacionado con la comida le encantaba, era experto en comer.
- Tortitas, gofres y hemos preparado un bol con fruta bañada en chocolate - dijo Harry desde el otro lado de la cocina
- ¿A qué estamos esperando para desayunar? - dijo Niall impaciente
- ¡A vosotros! - contestaron Sophie y Harry al unísono.
Todos nos reímos de aquella reacción que tuvieron la pareja de dos.
Fuimos sacando el desayuno a la terraza porque a Sophie y a mí se nos antojó el desayunar fuera, también es que hacía buen tiempo.
Durante el desayuno estuvimos hablando sobre lo que nos deparaba aquella tarde tan ajetreada en la cual sucederían cosas que a todos nos tenían impacientes porque llegara la hora. En temas como la espera eramos todos unos impacientes, nos gustaba que a la hora de esperar el tiempo se nos pasara deprisa mientras que cuando estábamos a gusto nos gustaba que el tiempo pasara tan lento que pudiéramos permanecer en ese momento. Aún así el tiempo no nos hacía caso y aquellas cosas no sucedían.
- Anoche estuve pensando algunas canciones que podríamos cantar - dije yo entusiasmada. Me gustaba mucho la idea de cantar sobre el autobús del videoclip por las famosas calles principales de Londres, para promocionar el vídeo y para dar a conocer mi voz.
- Yo también pensé alguna que otra - dijo Sophie. Siempre estaba a nuestro lado para ayudar.
Entonces por mi pequeña cabeza pasó una de las ideas más grandes que se me habían ocurrido en este poco tiempo que llevaba aquí. Salí corriendo de la terraza sin dar explicación ninguna.
- ¿Dónde vas? - me preguntó Niall. No contesté a su pregunta, porque cuando él ya la había formulado yo estaba en mi habitación buscando mi bonita guitarra azul acústica.
- He ido a por mi guitarra, para demostraros algo que no os esperáis ninguno de los dos - dije al volver de mi habitación como contestación a la pregunta de Niall
- ¿Qué tenemos que ver? - preguntó Harry algo intrigado
Le dije a Sophie que cantara conmigo alguna de las canciones que nos sabíamos, ya que cuando estábamos juntas nos aprendíamos canciones con la guitarra para pasar el rato. Nos gustaba y además ella cantaba super bien.
Comencé a rasguear las cuerdas de mi guitarra y el resultado eran algunos de los acordes de "Payphone" de Maroon 5, una de mis canciones favoritas. Cuando llegó a la parte de cantar las dos empezamos mientras que Harry y Niall nos miraban atentos y un poco incrédulos al oírnos cantar a las dos juntas por primera vez; pero dicen que siempre hay una primera vez para todo.

Ambas voces, la mía y la de Sophie, sonaban a la perfección, aún estando recién levantadas. Cosa extraña, pero todo puede suceder.
Al terminar aquella preciosa canción, Sophie y yo nos miramos con una amplia sonrisa en la cara y nos dimos cuenta de que ambos se habían quedado con una cara de bobos que no se la podían quitar.
-  Dejar de poner esa cara, tan poco es para tanto – dijo Sophie, a la cual nunca le gustaba reconocer que cantaba mejor que bien.
-  ¿Qué quitemos esta cara? – preguntó Harry – Con lo bien que cantáis las dos. Lo de Lizzie lo sabía, pero lo tuyo no, ¿por qué no me lo quisiste demostrar? Me hubiera quedado rendido a tus pies. Me encantas ahora mucho más – le dijo a Sophie
-  ¿Te gusto más ahora que se cantar? Y si no supiera, ¿qué hubiera pasado? – dijo Sophie algo mosqueada
-  No hubiera pasado nada, te querría mucho y lo sabes, no te enfades.- le contestó mientras la abrazaba
Alejados de esta conversación, aunque a pocos centímetros de ellos, a Niall y a mí se nos ocurrían miles de ideas, pero sobre todo una en especial. En este caso dejé a Niall que la dijera.
-  ¿Por qué no cantas con nosotros esta tarde? – le dijo a Sophie
Ante aquella idea, Sophie se quedó un poco parada, pero a la vez la idea le complacía, al igual que Harry
-  Pero sois vosotros los que tenéis que hacer publicidad de vuestro single no yo
-  Da igual, cantarás conmigo y me da igual lo que digan los demás. Ya sabes que puedo llegar a ser muy cabezota en algunas situaciones – le dije convencida a Sophie
Después de aquella contestación, le dejé que se lo pensara, pero sabía muy bien lo que iba a contestar porque en el fondo estaba deseando. Al cabo de un par de minutos, esta contestó:
- De acuerdo, cantaré con vosotros – dijo con una sonrisa de oreja a oreja
La conocía un rato y sabía que iba a contestar eso.
Le di un gran abrazo y empezamos a pensar que nos íbamos a poner, por lo que los chicos comenzaron a recoger y se pasaron dentro a ver la tele. Les daba un poco de igual de lo que en esos momentos hablábamos, como dirían ellos “cosas de chicas”.
Aquella mañana sería perfecta y además con mi chica favorita, Sophie, a mi lado como en los viejos tiempos, cantando al son de una guitarra. Era como volver el tiempo hacia aquellos  momentos maravillosos, era todo un placer volver a revivirlos.